Aunque parece más grande en el horizonte, la Luna no varía su tamaño: cómo podés comprobarlo - RED/ACCIÓN

Aunque parece más grande en el horizonte, la Luna no varía su tamaño: cómo podés comprobarlo

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El fenómeno se llama ilusión lunar y hay distintas hipótesis de por qué ocurre. Lo cierto es que el satélite natural de la Tierra tiene el mismo tamaño toda la noche. Por eso, la NASA propone formas en que podés corroborarlo sin necesidad de contar con ningún equipamiento.

Aunque parece más grande en el horizonte, la Luna no varía su tamaño: cómo podés comprobarlo

Crédito: Foto de Efrem Efre para Pexels.

Para los observadores, la Luna es siempre protagonista de espectáculos naturales que se pueden disfrutar a simple vista, sin ayuda de telescopios ni binoculares. Sus fases, las características de su superficie, su influencia en la Tierra y tantas otras dimensiones logran eclipsar nuestra atención. Pero un aspecto en particular suele ocasionar confusión: ¿realmente se achica cuando se separa de la línea del horizonte y asciende a lo alto del cielo?

Según explica la NASA, se denomina “ilusión lunar” a este truco que nuestro cerebro nos juega. Aunque las fotografías prueban que nuestro satélite natural tiene el mismo ancho cerca del horizonte que en el cenit, no es lo que percibimos con nuestros ojos. “Es una ilusión arraigada en la forma en que nuestro cerebro procesa la información visual”, describe la agencia espacial estadounidense.

No sólo ella, el Sol y las constelaciones también están sujetos a este efecto, precisa el sitio Starwalk. De hecho, la expresión “ilusión lunar” “fue mencionada por primera vez en ‘Meteorología’ (350 a. C.) por el filósofo griego Aristóteles que atribuyó el fenómeno a la reflexión de la luz”, agrega.

Aunque cada noche la Luna está a distancias diferentes de la Tierra porque se mueve en una órbita en forma de elipse, en su punto más cercano la podemos apreciar hasta un 13% más grande y un 30% más brillante. De todas formas, esta no es la razón por la que la vemos más grande cuando recién sale.

Entonces, ¿a qué se debe? “A pesar de que lo hemos estado observando durante miles de años, todavía no hay una explicación científica satisfactoria de por qué exactamente lo vemos”, advierte la NASA. Starwalk enumera cinco de las principales hipótesis:

Es por la atmósfera. Aristóteles describió que los objetos celestes se ven más grandes en el horizonte e hipotetizó que se trataba de que la atmósfera de la Tierra actúa como una lente de agua que amplía la imagen.

La cúpula aplanada. El erudito árabe Alhacén sugirió que no percibimos el cielo como un hemisferio, sino como una cúpula aplanada. Por este motivo, la distancia al punto más alto del cielo nos parece mucho más corta que la distancia al horizonte. “Nuestros cerebros no pueden comprender que la distancia entre la Luna y nosotros no cambia mucho con respecto a su posición en el cielo”, aclara Starwalk.

La ilusión de Ebbinghaus. En la década de 1890 el psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus dijo que percibimos el tamaño de los objetos en relación con su contexto. Por eso, la Luna puede parecer más grande cuando “toca” a los edificios, árboles o las montañas.

La ilusión de Ponzo. Otra ilusión descubierta por el psicólogo italiano Mario Ponzo en 1911 dice que “si colocamos dos objetos idénticos sobre un par de líneas horizontales convergentes, la superior se verá más grande que la inferior”, resume el medio especializado. También se la llama "Ilusión de las líneas de ferrocarril".

Micropsia de convergencia. Nuestro cerebro determina la distancia de los objetos y su tamaño por el enfoque de nuestros ojos. Es decir que, cuando miramos la Luna sobre el horizonte, nos enfocamos lejos en la distancia percibiendo la Luna como un gran objeto lejano. Si está en lo más alto del cielo, no hay nada en lo que enfocarse, “y nuestro cerebro considera que la Luna está cerca y es pequeña”.

Ahora bien, ¿cómo podés probar vos mismo que se trata de una ilusión? Estos son los tres métodos más fáciles propuestos por la NASA:

  1. Levantar el dedo índice extendido junto a la Luna y compararla con una uña en distintos momentos de la noche.
  2. Mirar la Luna a través de un tubo de papel.
  3. Sacar una foto cuando está cerca del horizonte y otra cuando está en lo alto del cielo.