Entrevista a Cecilia Nicolini: el gas como recurso de transición, el cambio climático como problema económico y los objetivos rumbo a la COP27 - RED/ACCIÓN

Entrevista a Cecilia Nicolini: el gas como recurso de transición, el cambio climático como problema económico y los objetivos rumbo a la COP27

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Segunda parte de la conversación con la secretaria de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación de Argentina.

Entrevista a Cecilia Nicolini: el gas como recurso de transición, el cambio climático como problema económico y los objetivos rumbo a la COP27

Intervención: Victoria Guyot

Una segunda parte de la conversación con la secretaria de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación de Argentina con foco en los desafíos de la transición energética, las expectativas del país rumbo a la COP27 y los aprendizajes de las distintas negociaciones internacionales.

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Intervención: Victoria Guyot

… Siguiendo con la conversación. Si aún no han leído la edición anterior de PLANETA, recomiendo que lo hagan así no pierden la continuidad con lo que sigue en los próximos párrafos. El viernes pasado les compartí la primera parte de la conversación con Cecilia Nicolini, quien en febrero de este año asumió el cargo de secretaria de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación en el Ministerio de Ambiente nacional. Ello significó también asumir el desafío de gestionar la acción ante el cambio climático en general y retomar el suspendido y conflictivo proceso de elaboración del plan sobre cómo lograr el compromiso asumido de alcanzar la carbono neutralidad a 2050 en particular.

Esta agenda no es ajena ni de menor importancia a todos los cambios políticos que protagonizan a la Argentina estas últimas semanas. O, al menos, no debería serlo. 

La acción climática no depende de una sola cartera de un gobierno. Por el contrario, es un desafío transversal de cambios transformadores en todos los sectores. Más aún, la mayoría de ellos se tienen que conducir desde áreas distintas de las de ambiente en particular. Argentina no es excepción a ello. 

El sector de la energía es el responsable del 53% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEIs) de Argentina, seguido del sector de agricultura, ganadería, silvicultura y otros usos de la tierra con un 37%. Esos son los dos sectores que más contribuyen al cambio climático. Esos son los dos sectores donde deben ocurrir las mayores transformaciones para marcar una diferencia. Esos son los dos sectores cuyas áreas nacionales de gobierno mostraron diferencias el año pasado con el plan para la carbono neutralidad al punto de llegar a suspenderlo. Esas son las áreas de gobierno que ahora quedaron bajo un mismo ministerio, el de Economía (bajo la cual se encuentra Energía), Desarrollo Productivo y Agricultura. 

¿Qué postura tendrá este nuevo superministerio respecto de la acción climática? ¿Cómo articulará el trabajo en el marco del Gabinete Nacional de Cambio Climático? La inminente -o ya anticipada por algunos medios locales- salida de Darío Martínez como secretario de Energía, ¿marcará un cambio con mayor foco en la transición energética o seguirá en la postura casada con Vaca Muerta? Estos interrogantes probablemente los podré aprovechar en unos meses para una próxima conversación con Nicolini. 

Mientras tanto, veamos lo que está ocurriendo a apenas tres meses de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), donde Argentina presentaría -o al menos a ello se compromete- su plan de desarrollo bajo en carbono a largo plazo.

  • El año pasado mucho se decía sobre la ausencia de Energía en algunas de las reuniones sobre este trabajo. ¿Energía participa ahora en las reuniones?
    Sí, Energía participa. Incluso en la reunión del Gabinete Nacional de Cambio Climático que hicimos este año cuando asumí, en la que participó el presidente, estaba el secretario de Energía (Darío Martínez). Fue una de las primeras personas con las que me reuní.

    El plan de transición energética es como la madre de todas las batallas aquí. No sólo por lo que representa en términos de emisiones en la Argentina sino también por lo que tiene que ver con nuestra matriz productiva , con la sostenibilidad a largo plazo, con muchos desafíos que debemos enfrentar. No sólo tiene que ver con una responsabilidad a nivel nacional sino también con el rol que el país puede jugar a nivel regional e internacional.

    Energía está presente. No significa que estemos de acuerdo en todo, por supuesto. Hay muchas cosas que quisiéramos que sean de una manera y serán de otra. Pero están presentes, estamos dando la discusión, están participando. 
  • Justamente entendiendo a la transición energética como la madre de todas las batallas, desde Estados Unidos a Argentina, muchos son los representantes políticos que ven al gas como “el recurso de la transición”. Incluso ello adquirió mayor protagonismo con los impactos que la guerra en Ucrania tiene en el abastecimiento energético. El tema es, ¿hasta cuándo sería esa supuesta transición? Entiendo que el plan, como hoja de ruta, va a ordenar más esto a nivel local o debería, pero ¿cuál es su mirada al respecto siendo que es la representante que tiene que impulsar la acción climática y el gas no deja de ser un combustible fósil?
    Está claro que el gas no proporciona una respuesta a largo plazo frente al cambio climático. Estamos hablando de un hidrocarburo. Sin embargo, a mediano y corto plazo, sí su uso es funcional a la transición energética. El gas tiene varias aristas complejas que es necesario abordar dentro del contexto argentino. Por un lado, por la triple crisis que se está viviendo: la crisis climática, que es nuestro primer abordaje o por lo menos desde el área que a mí me compete; la cuestión macroeconómica de cara a las importaciones que estamos teniendo por la faltante de infraestructura en gas porque el recurso lo tenemos, pero no tenemos la infraestructura, en este caso el gasoducto; y la crisis energética derivada de la guerra en Europa.

    Obviamente en comparación al petróleo y al carbón, el gas es un combustible con bajas emisiones. Es un combustible que, de alguna manera, nos permite hacer una transición hacia una matriz mucho más limpia. Pero sí que es insoslayable el rol que va a jugar.

    Ahora bien, en esa preponderancia, no hay una sola solución macro de una fuente energética para absolutamente todo, sino que en ese mix energético es donde tenemos que encontrar la ecuación para que cada vez podamos transicionar a esa matriz limpia. Las otras fuentes energéticas que tenemos que aprovechar y que tienen un potencial enorme, también se ven restringidas. Por ejemplo, con el transporte de la electricidad desde parques eólicos y solares.

    Necesitamos invertir en el transporte de la electricidad porque hoy no hay más capacidad para poder transportarla, aunque el recurso exista. Estamos trabajando con el Ministerio de Desarrollo Productivo (ahora bajo el superministerio) para desarrollar las capacidades nacionales para que al menos un X porcentaje de los componentes de las energías renovables que queremos impulsar, puedan ser también de Argentina. No solamente para dar respuesta a la coyuntura macroeconómica y a la falta de divisas, sino también para la creación genuina de valor, de empleo y de potencialmente exportaciones en la región.

    También tenemos que dar la discusión sobre el rol que la energía nuclear va a tener en el país, siendo Argentina un país nuclear y siendo la energía nuclear baja o casi cero en emisiones. Hay una oportunidad para la Argentina de desarrollar pequeños reactores modulares que permitan justamente la generación distribuida de electricidad o den solución a otros países.

    Todo lo que significa reconvertir la matriz energética tiene unas discusiones interesantes. Ninguna es sana de impacto, ninguna es completamente inocua en términos ambientales. Creo que nuestra responsabilidad es encontrar el equilibrio en una matriz energética que nos permita alcanzar la meta de la carbono neutralidad a 2050 y que dé soluciones en el norte, en el centro y en el sur de país, porque también ahí hay una división total en términos del acceso que hay a la energía.

El rol que el gas pueda tener en la transición o no es un punto crítico. El propio secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, se expresó esta semana en el contexto de dos de esas crisis actuales que mencionaba Nicolini: “Es inmoral que las empresas petroleras y de gas obtengan ganancias récord de esta crisis energética a costa de las personas más pobres y a un precio enorme para el clima”. Habrá que ver si esto tiene repercusiones concretas en el principal evento anual de política climática: la COP27.

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Cecilia Nicolini junto a John Kerry, enviado presidencial especial para el Clima de Estados Unidos

Rumbo a la COP27. Presentar la estrategia para la carbono neutralidad no es la única tarea en agenda que tiene Argentina rumbo a la conferencia climática que se celebrará en noviembre próximo en Sharm El-Sheikh, Egipto. Por el contrario, la Argentina comparte -como muchos otros países de la región latinoamericana- los mismos intereses que la mayoría de los países africanos, los mismos temas que Egipto, país que preside la conferencia, dijo serán los centrales de la conferencia: el financiamiento necesario para que los países en desarrollo no se queden atrás en las transiciones necesarios y la adaptación a los impactos ya presentes del cambio climático.

  • En estos años he visto que el financiamiento climático puede ser una oportunidad para la región latinoamericana, pero también un motivo de conflicto entre los países por ese dinero que se necesita. Y ese no actuar en conjunto termina siendo aprovechado por otras regiones también necesitadas de apoyo. ¿Considera que el financiamiento como objetivo común rumbo a la COP27 es una oportunidad o un desafío de actuar en conjunto?
    Desde ya, lo veo como una oportunidad. Creo que no tiene ningún sentido pensar que porque también África o el Sur Global está necesitado de financiamiento y de los medios de implementación -sobre todo para adaptación- signifique que esto nos quite a nosotros una porción. Además, por como está repartido el mundo en términos de influencia de geopolítica, sabemos también cuáles son los países y dónde invierten en aras del interés político que tienen. Y eso es muy difícil que cambie por más que gritemos, chillemos y creamos que, como lo vimos con el tema de vacunas, podamos tener una bolsa global y se distribuyan equitativamente. Eso nos va a suceder.

    Me parece que lo primero es intentar no ser naif a nivel internacional cuando vamos a negociar. Entonces, todo lo que signifique presionar en términos de la agenda y que sea justamente el Sur Global los que aunamos las necesidades en el financiamiento postergado, que nunca se cumplió. Ahí es donde tenemos que hacer fuerza y cuantos más seamos siempre es mejor. Lo importante también es coordinarnos a nivel regional y, en el caso de América Latina, sí que hemos tenido grandes problemas en términos de la coordinación de que seamos un solo bloque. Como siempre dicen África is not a country, it’s a continente, pero cuando se trata de negociar actúan como si fueran un país, aún con todas las diferencias internas. 

    Ahí tenemos una inspiración. En América Latina tendríamos que poder negociar como un todo, aún con las particularidades y diferencias existentes. Siendo América Latina la región más desigual del mundo, siendo una región en la que muchos países los defensores ambientales sufren persecuciones y asesinatos, tenemos muchos más motivos para ir juntos como región e ir juntos como Sur Global con África a demandar que esta agenda postergada adquiera el mismo nivel de relevancia, como la agenda de mitigación. Si realmente quieren que cumplamos con nuestros objetivos climáticos y que podamos no superar el calentamiento de 1.5°C como nos comprometimos, tienen que aparecer esos medios de implementación y ese financiamiento prometidos. Si no, que me expliquen cómo lo hacemos.
  • Además de financiamiento, ¿cuáles serán los grandes objetivos o las expectativas con las que Argentina irá a la COP27?
    Hay muchísimos, pero si nos enfocamos en muchos, ahí es donde podemos perder potencia. Uno de los aprendizajes que tenemos, y que yo he tenido con la pandemia, es que no solamente es financiamiento, también es transferencia de tecnología. Me parece que si hay algo que tenemos escaso hoy en día en relación a cambio climático es el tiempo. Entonces todo lo que sean saltos tecnológicos para poder desarrollar capacidades locales que nos permitan generar las soluciones y las tecnologías para poder dar respuesta al cambio climático, ahí es donde también tenemos una gran oportunidad.

    Con sus dificultades de intereses, patentes y secretos industriales en el medio, son vías un poco más rápidas para poder atajar esta crisis, dando respuesta también a la creación de empleo genuino, a que las capacidades sean nacionales. Nos podrá dar esa soberanía, esa seguridad, esa robustez para que, pase lo que pase, podamos seguir avanzando con los objetivos.
  • ¿Ese fue su mayor aprendizaje del trabajo de negociación para acceder a las vacunas contra la COVID-19 o hubo otro aprendizaje que hoy le sirve para sentarse en la mesa de negociaciones sobre un tema que es igual de emergente, pero que no se trata como una emergencia?
    Es una emergencia brutal. Aprendizaje tuve muchísimos. Una de las cuestiones fue la oportunidad que hay en la transferencia de tecnología y en abrir el conocimiento para que todo suceda más rápido y podamos tener soluciones globales. Recordá que, al inicio de la pandemia, una de las claves para poder avanzar tan rápido en el desarrollo y producción de vacunas, fue que los chinos, ni bien secuenciaron el genoma del virus, lo compartieron de manera abierta. Entonces todos los laboratorios que tenían ya plataformas sobre las cuales estaban desarrollando vacunas con diferentes tecnologías, pudieron trabajar en ello. Esa fue una de las claves, sin duda. El mundo pudo tener vacunas en un lapso de un año y medio gracias a que se compartieron buenas prácticas.

    Ahora, el mundo tuvo una distribución desigual de vacunas, porque esa transferencia no fue igual. Los laboratorios o las empresas que tenían la tecnología para desarrollar vacunas, no compartieron su tecnología de la misma manera que muchos otros compartieron. Ahí es donde se quiebra. Lo que está mal diseñado es el sistema mundial farmacéutico. Es un sector opaco, los incentivos son perversos, en donde más del 80% de los fondos para el desarrollo de vacunas vinieron del sector público y, sin embargo, las ganancias por la venta de esas vacunas fueron solamente al sector privado.

    Cuando hay colaboración, cuando hay transferencia de tecnología, la velocidad es otra. Ahí siempre depende de dónde ponemos los incentivos. En la pandemia había un incentivo de salvarnos. 
  • Bueno, ahora también se trata de eso.
    Claro, hoy no se trata a la acción climática con la urgencia como tal. ¿Por qué? Porque en la pandemia teníamos restringidos muchos de los derechos, desde circulación, de la vida como la conocíamos, de viajar, de ver a nuestros seres queridos.

    Estrictamente el cambio climático es un problema económico. Dónde están esos incentivos económicos para que realmente las inversiones, las transformaciones se puedan dar; para que haya esas posibilidades para que se puedan desarrollar esas capacidades.

    El tercer punto es una frase ya dicha, pero nadie se salva solo. Es uno de los espacios donde, sin duda, tiene que estar todo el mundo adentro trabajando porque afecta a todos los sectores productivos por igual. Algunos van a estar más afectados que otros, pero no hay nadie que se salve. También porque, como funcionarios públicos, tenemos una responsabilidad. Las personas más afectadas son las personas más vulnerables. Por eso ponemos el foco en adaptación. Esto ya no es una cuestión sólo de cómo transformar la matriz productiva para los próximos 10, 20, 30 años, sino que estamos pensando en cómo evitar que la gente se muera este invierno. 

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Cecilia Nicolini esta semana junto a la vicepresidenta electa de Colombia, Francia Márquez

Para terminar la conversación. Nicolini será una de las mujeres presentes en suelo egipcio para la COP27. Será una en un espacio donde abundan los hombres, especialmente en los roles de toma de decisión. En la última COP26, las delegaciones estaban compuestas en promedio por un 65% de hombres y apenas un 35% de mujeres. Una diferencia que se viene achicando respecto de las conferencias anteriores, pero que aún evidencia la necesidad de que se dé más lugar, voz y voto a las mujeres en la mesa de negociaciones climáticas.

  • Se define como feminista, ¿cuál cree que es el rol de las mujeres en la política climática y qué desafíos también ve para las mujeres que están en política climática?
    Sobre todo desafíos. Todos. Si tenemos en cuenta que las mujeres, los niños y las niñas son las personas más vulnerables en los entornos sociales, al final son las que más se ven afectadas por el cambio climático. Y cuando te vas también a entornos rurales, cuando hay una sequía o cuando hay estrés hídrico, son las primeras que tienen que dedicar más tiempo a conseguir esos recursos para cocinar, para limpiar o para mantener la casa porque se dedican a los cuidados.

    Está clarísimo que la cuestión climática y la cuestión de género tienen que ser transversales a absolutamente todas las políticas de gobierno. No siempre lo conseguimos. Es muy complejo. Pero las batallas hay que darlas. Hay que darlas en la calle y hay que darlas también en los lugares donde trabajamos.

    Sin duda, para mí es un pilar y es una herramienta de gestión, pero también de vida. Al final, cuando lo personal es político, es imposible disociar el feminismo con el cambio climático. 
Panel sobre acción ante el cambio climático con Inés Camilloni, Emiliano Ezcurra, María Eugenia Di Paola y Charly Alberti

En el marco de un evento que se realizó este miércoles, Nicolini se refirió a esta conversación que tuvimos en PLANETA sobre el trabajo de la estrategia de desarrollo bajo en carbono a largo plazo. Su referencia no era casual en el evento. En él, la Cervecería y Maltería Quilmes anunció su compromiso de alcanzar la carbono neutralidad a 2040, generando cambios a lo largo de toda su cadena de valor. Allí, en un mismo escenario, actores del sector público y privado empezaban a dar forma a las hojas de ruta que se necesitan para hacer de las metas una realidad.

Tuve la oportunidad de participar en ese mismo evento moderando un panel sobre la acción ante el cambio con referentes de distintos sectores. Y aprovecho ese espacio de conversación para cerrar esta edición -que se trabajó y espero sea leída como una gran doble edición- compartiéndoles la reflexión final de la científica climática argentina Inés Camilloni.

“Hay un espacio de soluciones frente al cambio climático. La mitigación es una: hay que reducir emisiones, llegar a ser carbono neutrales. Hay que adaptarse al cambio climático porque ya está produciendo impactos. Hay que tener presente que la adaptación tiene límites. Pero también no tenemos que olvidarnos que el cambio climático es asimétrico. Es asimétrico en términos de responsabilidades: el 60% de las emisiones corresponden sólo a cinco países entre una lista de 190. Y también el cambio climático es asimétrico en términos de las consecuencias y quienes más lo sufren. Dentro de este espacio de soluciones y las medidas que hay que tomar, esa asimetría tiene que estar siempre presente en los términos de negociaciones y discusiones”. 

¡Buen finde, hasta el próximo viernes!

Tais

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