Una ONG hace accesible la lectura mientras les da trabajo a personas con discapacidad intelectual - RED/ACCIÓN

Una ONG hace accesible la lectura mientras les da trabajo a personas con discapacidad intelectual

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

La Fundación Visibilia edita textos de lectura fácil que son validados por personas con discapacidad intelectual, quienes son contratados para participar de sus proyectos editoriales.

Una ONG hace accesible la lectura mientras les da trabajo a personas con discapacidad intelectual

Intervención por Marisol Echarri

Hace diez años, las estadísticas de la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA) señalaban que, a nivel global, un 30 % de la población global tenía dificultades lectoras. En este contexto nació la Fundación Visibilia. Una organización no gubernamental sin fines de lucro que trabaja en la Argentina junto a organizaciones internacionales para hacer accesible la lectura, la cultura y la información a quienes no pueden acceder a ellas por distintas razones, como tener una discapacidad intelectual, alguna condición de espectro autista, dificultades lectoras o ser inmigrantes.

Ya adaptó y editó para la lectura fácil varios libros propios y algunos con la editorial Eudeba. También adaptó textos para varias organizaciones. “Asesoramos a instituciones y empresas en accesibilidad informativa. Adaptamos a un lenguaje sencillo textos legales y documentos informativos para instituciones, entidades sociales y empresas que quieren mejorar la comunicación con su público destinatario u ofrecer su comunicación de forma inclusiva”, indican.

“El lenguaje sencillo”, explican desde Visibilia, “engloba tanto el lenguaje claro como lo que se denomina lectura fácil, que beneficia a personas que tienen dificultades lectoras o de comprensión lectora. Esto puede ser por motivos cognitivos o lingüísticos, temporales o a largo plazo”.

Además de textos legales y documentos informativos, Visibilia adaptó libros literarios, cuentos,relatos, textos de cultura, educación sexual integral y derecho, guías de información para personas con discapacidad, manuales y guías para museos.

Video resumen de los libros editados y actividades:

“Trabajamos para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual, que incluye el desarrollo personal, las relaciones interpersonales y el bienestar material y emocional”, afirma Diego García Díaz, cofundador de Visibilia y coordinador del Área de Publicaciones, Diseño y Edición Accesibles. “Si entendemos mejor, pensamos mejor. Entonces podemos tener más libertad para vivir nuestras propias vidas y contribuir con la comunidad”, sostiene.

La Fundación Visibilia está integrada por un equipo transgeneracional, transdisciplinario y neurodiverso: incluye a profesionales de diferentes áreas del conocimiento (educación, psicopedagogía, psicología, literatura, lingüística, traducción, corrección, edición, diseño, arte, derecho) y a personas con discapacidad intelectual o dificultades de lectocomprensión. 

“Promovemos el liderazgo con voz propia y plena participación de personas con discapacidad intelectual. Rompemos la barrera de prejuicios sobre la capacidad intelectual y generamos una cadena de valor”, señala la abogada Paola Hebe Jelonche, presidenta y cofundadora, quien desde la Dirección Ejecutiva coordina el Área de Promoción de Derechos.


Algunos integrantes del equipo de validadores junto a Paola Jelonche. (Gentileza Fundación Visibilia)

¿Qué es la lectura fácil?

“El acceso a la lectura es una necesidad social y un derecho reconocido en diversos textos legales nacionales e internacionales”, subraya Jelonche. El derecho a acceder a la información en formato lectura fácil está reconocido por el artículo 9 de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad (Ley 26.378, con jerarquía constitucional).

La lectura fácil se refiere a textos elaborados con especial cuidado para que las personas con dificultades lectoras permanentes y transitorias puedan leerlos y entenderlos. Comprende tanto a los textos escritos como a las imágenes, el diseño y la tipografía. Los niveles de adaptación se diferencian por la mayor o menor cantidad de textos e ilustraciones y la complejidad lingüística.

Existen tres niveles de lectura fácil y dependen de la cantidad y dificultad del vocabulario y de imágenes de apoyo que se requieren. El nivel 1 consiste en un texto muy sencillo con muchas imágenes de apoyo. El nivel 2 es un texto con un lenguaje cotidiano y pocas imágenes. El nivel 3 es un texto más técnico con menos imágenes.

La metodología de la lectura fácil sigue las directrices de la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios - IFLA. “No existe un organismo regulador global. Son directrices que se van adoptando por organizaciones especializadas a partir de los primeros lineamientos de la UNESCO de 1964. Visibilia actualmente desarrolla los textos en lectura fácil bajo directrices de facilitación propias, adaptadas a la Argentina, sobre la base de las guías de las organizaciones IFLA, la Liga Internacional de Asociaciones de Personas con Discapacidad Intelectual - ILSMH (actualmente conocida como Inclusion Europe) y la norma española UNE:153102”, señala Jelonche.

“Como es una metodología, cualquier tipo de texto puede ser adaptado, incluso la poesía de tipo narrativa, no así la poesía más tradicional, en tanto los recursos estilísticos escapan a ciertas habilidades de comprensión que pueden tener los lectores beneficiarios”, aclaran desde la ONG. 

Este tipo de adaptaciones se denomina traducción intralingüística. También se puede escribir desde el principio con la metodología de lectura fácil y no sería una adaptación, sino un texto original.

“La adaptación de todo tipo de textos en diferentes niveles permite una lectura y comprensión más sencilla del contenido”, indica García Díaz.

Por ejemplo: El brochure original de una exposición de Alberto Greco en el Museo Moderno decía: “Empapeló la avenida Corrientes con afiches con su nombre y, a partir de allí, no paró de estampar su firma en los muros urbanos”. Se adaptó así: “Alberto Greco puso afiches* en muchas paredes de la avenida Corrientes. Los afiches decían Alberto Greco. Después, Alberto Greco siguió firmando en las paredes de la ciudad. // *Afiches significa carteles”. 


Francisco García Díaz, hijo de Diego y de Paola Jelonche, tiene autismo y es uno de los validadores de textos. En la foto se encuentra en la FADU durante un proceso de validación. (Gentileza Fundación Visibilia)

Empoderar a las personas con discapacidad

La validación final de los textos e ilustraciones es lo más importante de la adaptación de un texto a lectura fácil. Es realizada por personas con discapacidad intelectual o dificultades de lectura.

“En el proceso de validación, el usuario lee los textos y comenta qué es comprensible y qué no lo es y propone modificaciones efectivas, convirtiéndose así en elemento activo de la adaptación”, explica Jelonche. Se trata de un proceso de distintas etapas a partir del cual las modificaciones pueden pasar a integrar el corpus de las adaptaciones, en un proceso de retroalimentación. 

Los adaptadores se nutren de este intercambio, porque perciben en forma directa el funcionamiento de sus propuestas de texto y los mecanismos de comprensión de los usuarios.

Videos del proceso del “Diario de Ana Frank” (reflexiones con el Museo Casa de Ana Frank)

La validación se fundamenta en los mismos principios que sostienen la lectura fácil: 

• El modelo social de la discapacidad. 

Mediante la validación, los apoyos que se construyen tienen en cuenta lo que las personas con discapacidad expresan que necesitan y quieren. 

• El concepto de diseño universal. 

La participación de los usuarios produce la mejor solución para todos. 

• El concepto de accesibilidad cognitiva. 

El usuario dice qué es comprensible y qué no lo es. 

• Los derechos de las personas con discapacidad. 

La validación permite la capacitación laboral de personas con discapacidad cognitiva y que tengan trabajo. 

• El modelo de la cooperación. 

En la validación todos trabajan en el mismo nivel para beneficio de todos.

“En nuestros proyectos participan plenamente personas con discapacidad intelectual, que siempre realizan su labor de forma remunerada y con genuina participación. Así contribuimos con la inclusión laboral y producimos un valioso aporte a la reducción de la brecha cognitiva y lingüística general”, subraya Jelonche.

A lo largo de sus 10 años, Visibilia dio trabajo a unas 320 personas con discapacidad intelectual como validadoras, que se encargan leer, redactar, corregir o ilustrar. 


Valentín Rojas, en el centro, sostiene un libro de Galo Thorp, un autor con síndrome de Down. Rojas es un validador asiduo de la organización. (Gentileza Fundación Visibilia)

Hace 3 años Valentín Rojas, con síndrome de Down, asistió en Mendoza a un club de lectura que Visibilia coordinó junto con la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA). Estaba contento y muy satisfecho. “Era la primera vez que podía leer solo un libro de principio a fin”, señaló Rojas, por entonces de 40 años. 

“Su testimonio nos conmovió y decidimos incentivar sus posibilidades de lectura”, recuerda Jelonche. Rojas recibió una colección completa de los libros con sello Visibilia, y otra colección completa para donar a la biblioteca pública de su ciudad. 

Desde entonces es un validador de la organización. “Nuestro deseo con este entrenamiento no solo es generar posibilidades de empleo como validador, sino también como líder en clubes de lectura. Así, empezamos a generar espacios en los clubes de lectura donde pudiera dinamizar a sus compañeros lectores, y comenzar a tener un liderazgo. Con él, sus comentarios y su motivación, renovamos siempre nuestra convicción de que leer nos hace libres”, sostiene Jelonche.

El trabajo de validadores explicado por ellos mismos

Visibilia también contrata a expositores para sus cursos y conferencias. “Desde 2020 tenemos presencia en conferencias en las Naciones Unidas por el Día Internacional del Síndrome de Down. Nos representa la autogestora —término que significa “defensora de derechos, con su propia voz”— Dominique Kantor, con el apoyo de Paola Jelonche, como mediadora intralingüística”, indica García Díaz.

En 2022 Kantor expuso, como integrante de la fundación, en la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad COSP 16 organizada por la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York y en el Congreso de Plena Inclusión para personas con discapacidad intelectual que se hizo en Sevilla en 2022, cuenta García Díaz. 

Además, brindaron muchas capacitaciones de este tipo para profesionales del sistema educativo primario y secundario argentino. “Organizamos talleres de dinamización lectora y técnicas de redacción en lectura fácil para docentes y profesionales. Y también coordinamos grupos de lectura fácil para personas con dificultad lectora para ayudar a introducirse en el placer y el derecho de leer”, resume. Los validadores y expositores participan regularmente en talleres en universidades.

Relaciones con el mundo 

A lo largo de su trayectoria, Visibilia se vinculó con varias organizaciones de varios países. Es miembro de Inclusión Internacional, Plain Language Europe, la red global Easy-Plain-Accessible (fácil - sencillo - accesible) y la Red Espectro Autista (RedEA), colabora con el Observatorio de Lenguaje Claro de UBA Derecho e integra junto a otras 150 organizaciones de Argentina el Grupo Artículo 24 por la Educación Inclusiva.

La actividad de Visibilia fue reconocida por distintos organismos, entre ellos la ONU y la OEI.

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Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones, una alianza entre Río Negro y RED/ACCIÓN.