Apoyo emocional, asesoramiento profesional y oferta recreativa: cómo es la red de servicios que creó Barcelona para contener a personas que brindan tareas de cuidado - RED/ACCIÓN

Apoyo emocional, asesoramiento profesional y oferta recreativa: cómo es la red de servicios que creó Barcelona para contener a personas que brindan tareas de cuidado

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

La ciudad catalana creó la Tarjeta Cuidadora para dar soporte a quienes cuidan a niños y niñas, personas mayores o con discapacidad. El plan se enmarca en una estrategia más amplia que busca proveer recursos a quienes realizan estas tareas ―en su gran mayoría en forma no remunerada o con contratos precarios―.

Apoyo emocional, asesoramiento profesional y oferta recreativa: cómo es la red de servicios que creó Barcelona para contener a personas que brindan tareas de cuidado

La puesta en valor de las tareas de cuidado ya es parte de la agenda de políticas públicas en una extensa variedad de iniciativas. Registros oficiales de personas cuidadoras que se ofrecen para trabajar, reconocimiento económico por las horas dedicadas al acompañamiento de familiares, acciones de apoyo terapéutico y capacitaciones específicas son algunas de las variantes que se han puesto en marcha desde la esfera pública.

Las principales beneficiarias de esas iniciativas son las mujeres que cuidan a niños y niñas, a personas mayores que no pueden valerse por sí mismas y a quienes tienen alguna discapacidad. En la mayoría de los casos, son madres, hijas o esposas que cargan con el mandato cultural construido por generaciones pasadas, ese que reservaba las tareas de cuidado para las mujeres sobre la base de un supuesto instinto u orden natural.

En la ciudad de Barcelona, el Ayuntamiento implementó en octubre de 2022 la Tarjeta Cuidadora, una iniciativa destinada a personas que cuidan de otras, ya sea de forma remunerada como no remunerada. A través de ella, se accede a una amplia gama de servicios pensados de manera específica para ese sector de la población. La tarjeta es gratuita y se puede solicitar mediante un formulario en la web del ayuntamiento.

Del diseño de la Tarjeta Cuidadora participaron entidades de la sociedad civil que nuclean a personas dedicadas al cuidado, a profesionales y a familiares, quienes aportaron sus respectivas experiencias.

Las necesidades de las personas cuidadoras se pueden sintetizar en tres: contar con un acompañamiento especializado que le ofrezca información, ayuda y asesoramiento; tener un respiro emocional y disponer de tiempo propio. A través de la tarjeta, las personas acceden a asesoramiento psicológico, a redes de apoyo mutuo, a información especializada y a servicios farmacéuticos, entre otros beneficios.

La Tarjeta Cuidadora fue lanzada en octubre en el marco de un programa más amplio que busca apoyar a las personas que brindan cuidados a familiares con enfermedades o con alguna discapacidad (Imagen: gentileza Ayuntamiento de Barcelona)

Los y las usuarias de la Tarjeta Cuidadora reciben acompañamiento a través de un teléfono que está disponible 24 horas y es atendido por personas voluntarias supervisadas por un o una profesional de la psicología, quien les brinda contención y orientación emocional.

Con el mismo número también se accede a información, asesoramiento jurídico y contacto con asociaciones o entidades dedicadas a determinadas enfermedades o condiciones. Ejemplos de esto último son los casos de la Associació Catalana per al Parkinson (Asociación Catalana para el Parkinson), la Associació de Familiars de malalts d'Alzheimer de Barcelona (Asociación de Familiares de enfermos de Alzheimer de Barcelona -AFAB) y la Asociación Contra el Cáncer en Barcelona (ACC).

La Tarjeta Cuidadora también está vinculada al ámbito sanitario de la ciudad. El Hospital de la Santa Creu i Sant Pau facilita la activación de servicios de apoyo a las personas cuidadoras en sus instalaciones. Además, actualmente se extiende un programa que involucra a las farmacias, que organizan charlas sobre temas como el buen uso de los medicamentos, el dolor y el insomnio, y asesoran en el diseño y revisión del botiquín básico que requiere cada persona cuidadora para hacer su tarea cotidiana. 

“Para nosotros es una iniciativa pionera”, opina Marc Hernández Moragas, responsable de la Farmacia 1561, adherida a la Tarjeta Cuidadora desde su implementación. Sin embargo, aún no han recibido a ningún cliente o paciente que la haya presentado. “Es posible que sea porque no se le ha dado suficiente difusión”, aclara.

El 85 % de las personas que solicitaron la Tarjeta Cuidadora son mujeres que tienen entre 50 y 70 años y realizan tareas de cuidado en forma no remunerada. (Imagen: gentileza Ayuntamiento de Barcelona)

La iniciativa también busca atender las necesidades personales de quien cuida, a través de actividades relacionales y grupos de apoyo donde crear vínculos con personas que atraviesan situaciones similares.

Otra modalidad de asistencia está pensada para facilitar el día a día de la persona cuidadora: se le ofrece actividades para hacer en su tiempo de ocio, como la práctica de ejercicio físico, descuentos en el cine o el teatro, promociones en mercados municipales y el préstamo de libros a domicilio de la Red de Bibliotecas Municipales.

Desde la Dirección de Envejecimiento y Cuidados del Ayuntamiento de Barcelona explican que los servicios más demandados son los de apoyo emocional, información específica de recursos y servicios y acompañamiento jurídico para la contratación de trabajadoras del hogar y de los cuidados.

Maribel destaca sobre todo la contención que encuentra con la posibilidad de reunirse con otras personas cuidadoras. (Imagen: gentileza Ayuntamiento de Barcelona)

Tranquilidad

Se estima que en Barcelona hay 350.000 personas que cuidan a otros de forma intensiva, una cifra equivalente al 20 % de la población de la ciudad. Los datos surgen del estudio del Ayuntamiento Las personas cuidadoras del municipio de Barcelona: una aproximación a su cuantificación. De esas 350.000 personas, 322.000 son cuidadoras no remuneradas y sólo 30.650 lo hacen de forma profesional (la mayoría con contratos precarios o irregulares).

La distribución de las tarjetas aún es incipiente. Desde su puesta en marcha, se han entregado más de 3.500 Tarjetas Cuidadoras. El 85 % de quienes la solicitan son mujeres del entorno cercano de la persona cuidada, tienen entre 50 y 70 años y llevan a cabo esa tarea de forma no remunerada.

Maribel Martínez Hermosilla, de 66 años, obtuvo su Tarjeta Cuidadora apenas se lanzó en octubre de 2022. “En sí, aún no la he necesitado, pero creo que es bueno no necesitarla”, comenta. Y aclara que el solo hecho de poseerla le da “mucha tranquilidad, porque hasta ahora los cuidadores nos sentíamos un poco abandonados”.

Maribel cuida de su esposo, Luis (69), afectado por el párkinson. “Yo estoy muy pendiente de mi esposo, continuamente hacemos terapias, estoy mucho fuera de casa porque vamos a hacer logopedia, fisioterapia, trabajos cognitivos en el hospital de San Pao, y esto requiere de un tiempo. Pero mi tranquilidad total y absoluta está en que la tengo, la llevo conmigo”, describe.

“De alguna manera es una cosa que necesitábamos y reclamábamos las personas cuidadoras, algo o alguien que nos dé un apoyo y un soporte”, agrega.

Para Maribel, la tarjeta le da seguridad sobre todo “porque tienes donde acudir, un teléfono donde puedes llamar las 24 horas si necesitas soporte emocional y un contacto con espacios de encuentro que hay por el barrio”. 

Precisamente, lo que sí ha utilizado Maribel es la posibilidad de juntarse con otras personas que están en la misma situación. “Hacemos puntos de encuentro y hablamos. Ves que no estás sola, porque sabes que hay todo un engranaje detrás que se ha puesto en marcha”, relata. 

Esos encuentros se realizan en el marco de VilaVeïna, un servicio gratuito del Ayuntamiento de Barcelona donde informan sobre recursos y servicios de cercanía para personas cuidadoras, contactan con equipos profesionales y propician la formación de redes con otras personas en una situación similar. 

La estrategia

La Tarjeta Cuidadora se enmarca en una más amplia estrategia de apoyo a personas que cuidan de familiares enfermos y/o dependientes en la ciudad de Barcelona, delineada para el quinquenio 2019-2024. Pero la idea se extiende más allá, pues las proyecciones muestran un envejecimiento progresivo de la población, lo que hará crecer la demanda de trabajos de cuidado dedicados a los adultos y adultas mayores.

También en el marco de esa estrategia se instalaron una oficina municipal y diez espacios distribuidos en diferentes barrios de la ciudad, donde se brinda información y asesoramiento a las personas que cuidan.