Jorge Carrión: “Programar código es el esperanto de nuestra época”- RED/ACCIÓN

Jorge Carrión: “Programar código es el esperanto de nuestra época”

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

En ‘Membrana’, su nueva novela, el escritor español (que viene a la Feria del Libro) especula sobre el futuro y sobre un imperio de inteligencia artificial.

Jorge Carrión: “Programar código es el esperanto de nuestra época”

¿Cómo fue que el siglo XXI se convirtió en un tiempo de dispositivos, hibridación, contrarrealidad y arte artificial? Un catálogo de museo lo explica. Es el catálogo —escrito por una inteligencia no humana— de una exposición permanente que se inaugura en el año 2100, justamente en el Museo del Siglo XXI.

Pero lo podemos leer hoy mismo: ese catálogo es Membrana, la nueva novela de Jorge Carrión.

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Foto: Pablo Tosco

En Membrana se cuenta la relación ancestral de la humanidad con la tecnología; cómo nacieron los híbridos y las conciencias algorítmicas; en fin, cómo cobró forma un imperio de máquinas. 

Ese catálogo (que tiene mucho de ideológico) es una novela ¿de ciencia ficción? de Jorge Carrión, un escritor torrentoso e ineludible, un pensador crítico obsesionado con las mutaciones culturales, que siempre ha experimentado con las ideas y que ha publicado muchísimos libros interesantes (y usualmente reveladores), entre los que me quedo con Librerías, Barcelona: Libro de los pasajes, Contra Amazon y Lo viral. Además, Carrión, que vive en Barcelona, explora las vanguardias cotidianas en su podcast Solaris, ensayos sonoros.

  • Para nosotros, el futuro ya llegó: Carrión está en Buenos Aires. Este viernes a las 18:30 presenta Membrana junto a Cristian Alarcón (Sala Ernesto Sábato, Pabellón Azul) y a las 20:30 participa del Encuentro Internacional “Pensar el futuro de las librerías y museos”. Además dictará un taller de Periodismo Cultural con la Fundación Gabo.

Lector atento de Baudelaire, Sontag y Benjamin, Carrión es, como él mismo dijo, “un humanista preguntándose por lo posthumano”. Por eso cuando le pregunto cómo surgió la idea tan original de Membrana, me habla de “un error del sistema”. 

“Yo estaba programado para escribir otro libro”, me cuenta, “una historia del viaje, pero de pronto algo en mi cerebro hizo cortocircuito, surgió una voz, una voz extraña, que hablaba en primera persona femenina del plural y quería contar la historia del siglo XXI desde el siglo XXII. Y me puse a escribir, de un modo torrencial y en una forma todavía más extraña que la voz narrativa, la del catálogo de la exposición del Museo del Siglo XXI. Así surgió ese libro”.

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  • ¿Cuáles han sido las principales influencias de esta novela?
    Creo que la escritura de Membrana es la consecuencia de la lectura, durante los últimos cuatro o cinco años, sobre todo de ensayo sobre tecnología y sobre ciencia. La obra de Stefano Mancuso sobre la sensibilidad y la inteligencia de las plantas, de Carl Safina sobre las comunidades y la comunicación de elefantes o ballenas, de Ed Finn sobre la cultura de los algoritmos, de Donna Haraway sobre especies compañeras. Entre tantos otros autores. También están todas mis lecturas anteriores, sin duda, es una novela muy cervantina, por momentos borgeana, pero yo diría que las influencias principales no provienen de la literatura de ficción, sino de la divulgación científica más desafiante de estos momentos.
  • Algunos dicen que no existe el futuro —porque no llegó— ni el pasado —porque ya se fue—; o sea que solo existe el presente. ¿Cuál es tu opinión sobre esto? ¿Escribir es una acción que solo se hace pensando en el futuro?
    Por el propio tiempo de la escritura, no hay más remedio que saber que escribes para el futuro. Membrana surgió a principios de 2019, pero no se publicó hasta finales de 2021. Y la edición argentina llega en 2022. Por otro lado, la literatura, como nos recordó Paul Celan, no se impone: se expone. De modo que nunca sabes cuándo un libro va a llegar a una nueva conciencia. A menudo tarda mucho, aunque el mercado editorial sea aceleración y fugacidad. Cuando se trata de ficción especulativa, esa tensión es especialmente interesante: me encantaría saber qué opinarán los improbables lectores de 2100 sobre mi novela, cuyo presente narrativo es ese año.

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“17 de noviembre de 2019
Por la mañana un virus desconocido entra en el cuerpo de un hombre de 55 años cuyo nombre también desconocemos. Por la tarde empieza el siglo XXI”.

Así, así de tremendo, empieza Lo viral, el tratado cultural camuflado en diario de pandemia que Carrión, rápido de reflejos, publicó en 2020. Ahora me pregunto si podría decirse que Membrana y Lo viral son miradas complementarias de una misma cosa: el siglo XXI como una zona de conflictos anudados.  

“Son dos vértices de un triángulo”, me dice Carrión. “El tercero es Solaris, ensayos sonoros. Desde géneros en principio distintos, pero que en realidad se confunden, porque en Lo viral y en Solaris hay también un poco de ficción, y en Membrana hay mucho ensayo, los tres proyectos exploran un territorio común, el de la relación de la humanidad con la tecnología. La energía que recorre ese triángulo bascula entre los sables de luz azul de los jedis y los rojos de sus enemigos, la utopía y la distopía. Yo creo que es la sístole y la diástole de nuestra época. ¿Quizá de todas?

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  • ¿Qué clase de dispositivo es Membrana? ¿Novela o ensayo? ¿Hardware o software?
    Catálogo de exposición. Pero de ficción. ¿No te parecen un artefactos fascinantes? Esos libros bellísimos, muy bien editados, con textos de varios autores, mucha imagen, mucho diseño, muy caros, que casi nadie lee. Cuestan una fortuna y están dirigidos a poquísimos lectores. Son puro lujo, una anomalía. Yo sí que leo muchos catálogos de exposiciones, en algunos he encontrado ideas o datos maravillosos. Y de pronto decidí apropiarme de ese formato, de esa manera de interpretar un mundo. Creo que lo hice desde mi propia tradición, la literatura de viajes, porque lo que propongo es un viaje por el interior del Museo del Siglo XXI. Un ejercicio radical de curación museográfica.
  • ¿Hay un museo que hoy se parezca al de Membrana?
    Creo que el mío es un museo Frankenstein. La convergencia difícil, pero probable, del museo de ciencia, de historia y de arte. Los museos son cada vez más discursivos, más narrativos, pero también más sincréticos. En la nueva exposición permanente del Reina Sofía de Madrid el arte contemporáneo convive con los libros, la tecnología, la danza, el vídeo, la moda... Creo que la realidad solamente la podemos interpretar a través de estrategias transversales. Con polifonía e inclusión. Y que los museos lo están entendiendo, después de demasiado tiempo de especialización y autismo.
  • ¿Qué estuviste leyendo en la pandemia? ¿Fue para vos un tiempo de papel o de pantalla?
    Creo que todos vivimos una experiencia parecida: los primeros días fueron de pantalla, descubrimos Zoom, investigamos el modo de que nuestros hijos accedieran a los materiales del colegio, teletrabajamos, buscamos ocio en Netflix; pero después nos dimos cuenta de que las plataformas se agotan, de que no hay tantas series y películas realmente extraordinarias, y de que los ojos tenían que descansar de tanto píxel, y redescubrimos nuestras bibliotecas. En mi caso, Lo viral se ha vuelto el registro de esa reconexión: releí diarios de todas las épocas, ensayos sobre viralidad, De rerum natura, todo lo que podía alimentar ese libro que me ayudaba a sobrevivir.

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  • Y por último: es sorprendente pensar que nuestros hijos pequeños serán los ancianos del siglo XXII (¡la gente que irá al Museo del Siglo XXI!). ¿Qué podemos hacer hoy por esos ancianos del futuro?
    En efecto, da un poco de vértigo. Yo intento darles herramientas críticas y de adaptación, porque en el tránsito entre lo clásico y lo viral sigue siendo útil una formación interrogativa, de laboratorio, de ensayo y error, que sepa resolver problemas que todavía no existen. Ojalá aprendan a programar, porque el código es el esperanto de nuestra época. Al mismo tiempo, quiero que sean felices, por eso, supongo, siento algo de culpa por haber escrito con Membrana un relato tan sombrío. Pero uno no decide lo que escribe, sobre todo cuando se trata de ficción y todavía menos cuando se apropia de tu cerebro una inteligencia artificial del siglo que viene. Madre mía.

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Cambiando de tema, una muy buena noticia: Jot Down, revista española de cultura pop y cientos de páginas, todas en blanco y negro, llega a Argentina. Para su lanzamiento en el país —gracias a su alianza con Libros del Zorzal—, Jot Down incluye en un número dedicado a Armenia varios artículos de autores argentinos (entre ellos, Juan Mascardi, un periodista del equipo de RED/ACCIÓN).

  • Esta Jot Down tiene, en 286 páginas, entrevistas con la escritora Magda Tagtachian, el astrofísico Garik Israelian y Joaquín Caparrós, que está entrenando a la selección de fútbol de Armenia. 

Trae perfiles del cantante Charles Aznavour, del cineasta Sergei Parajanov, de la pionera del paracaidismo Ninel y del titán Martín Karadagian. Y una nota sobre el futbolista argentino nacionalizado armenio Lucas Zelarayán, el barrio armenio de Palermo y una bodega de la Patagonia que mantiene un intercambio con ese país.

La que tenemos no es una versión local de la revista; sino la misma edición que leen los lectores españoles, pero con la incorporación de nuevas firmas. Además de la revista en papel, que está disponible en las librerías de forma trimestral, se puede acceder a la edición digital.

Bueno... por ahora lo dejamos acá. Podemos seguir la conversación por mail [[email protected]] o en las redes [@redaccioncomar]. Y también podés contactarme en Twitter [@sinaysinay].

  • Si querés recomendarme libros, autores o temas para tratar, o contarme si leíste algo de lo que mencionamos, ¡adelante!

Nos vemos por ahí,
Javier

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Sobre libros y escritores. Todos los martes, por Javier Sinay.

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