La inteligencia artificial se está incorporando en el mundo de la traducción, pero "la sensibilidad humana es indispensable” - RED/ACCIÓN

La inteligencia artificial se está incorporando en el mundo de la traducción, pero "la sensibilidad humana es indispensable”

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Una encuesta realizada en el Reino Unido destaca que los traductores están perdiendo ciertos espacios laborales y disminuyendo sus ingresos a causa de la nueva tecnología. Al respecto, los profesionales están de acuerdo en que esta tecnología presenta muchas ventajas, pero también advierten que algunas cualidades son irremplazables, como el juicio ético, la responsabilidad legal, la comprensión cultural y el sentido común.

ChatGPT, Claude y otros sistemas de inteligencia artificial están desafiando las capacidades humanas continuamente y planteando interrogantes en algunas áreas laborales. Con la llegada de esta nueva tecnología, el futuro a mediano y largo plazo no está tan claro, especialmente para aquellas profesiones relacionadas al lenguaje.

Una nueva encuesta de la Sociedad de Autores, el sindicato de escritores más grande del Reino Unido, destaca que un tercio de los traductores encuestados perdió el trabajo debido a la inteligencia artificial generativa, marcando también una baja de los ingresos promedio. En consecuencia, más del 75 % de los participantes del sondeo coincide que la tecnología emergente afectará de manera negativa a su futuro.

Jorge Davidson, traductor de portugués y español, explica en diálogo con RED/ACCIÓN, que la incorporación de la IA está perjudicando particularmente a algunos trabajos que antes se hacían en exclusiva con traducción humana, pero que hoy es imposible debido al volumen y los plazos. Además, estas traducciones en general tienen una vida útil corta, por lo que para las empresas no vale la pena hacer una inversión muy grande.

También comenta que esta implementación de tecnología no es nueva para su profesión, sino más bien vieja. Sol Berges, traductora pública, coincide con esta afirmación. “Está integrada en prácticamente todas las herramientas informáticas que usamos a diario desde hace varias décadas, como procesadores de texto, herramientas de traducción asistida por computadora y herramientas de revisión y control de calidad”, afirma para RED/ACCIÓN. 

En relación a la eficiencia y el alcance, ambos entrevistados están de acuerdo que la velocidad es una ventaja que tiene la máquina sobre el hombre. “En determinados contextos en los que la celeridad vale más que la calidad, fácilmente puede sustituirnos para generar una primera versión que exprese el sentido general de un texto”, clarifica Berges. 

Además, Davidson agrega que puede incluso superar al traductor en tareas que son repetitivas, por ejemplo, la revisión ortográfica (a veces tediosa para el ser humano, con alguna probabilidad de error) o incluso cuando el trabajo de traducción incluye un repertorio de palabras, términos, expresiones y construcciones limitado. Por ejemplo, si se traduce el clima. 

Qué les queda a los traductores

Pese a todos los beneficios, la tecnología tiene limitaciones que quedan en evidencia cuando la tarea se vuelve más compleja. Según otra nota de Forbes, los chatbots de inteligencia artificial no logran superar la ambigüedad semántica. Es decir, no tienen una comprensión amplia del contexto lingüístico o de los diferentes significados que puede tener una palabra en una oración.

Sobre esto, Berges confirma que lo que hace indispensables a los traductores es su sensibilidad. “Lo irremplazable es esa capacidad que tienen la mayoría de los profesionales de la traducción de dudar de todo. Esto los lleva a indagar más y más en cada texto, por más simple que parezca”, profundiza. 

Dentro de esta sensibilidad está nuestra competencia cultural y la comprensión humana del contexto en el que se sitúa una palabra: qué implica para para el país, la persona o la empresa que solicita una traducción. Entender las sutilezas, las jergas o los coloquialismos de cada lengua requiere de una inteligencia no programada. Esto es particularmente importante en traducciones literarias o publicitarias, donde el sentido cultural prevalece frente al significado técnico. 

Además, algo fundamental en los traductores es el sentido común. Aunque parezca básico hoy el gran problema de la inteligencia artificial es su capacidad de alucinar, según declara Davidson. Este término se refiere a cuando la máquina se desvía de su línea lógica en la tarea —en este caso traducción— y realiz algo completamente aleatorio. Por esto, todavía no se puede delegar tareas con tanta importancia. 

Andrea Crespo, directora de la carrera de Traductorado Público en Idioma Inglés de la Universidad Nacional de Lanús, explica para RED/ACCIÓN que también hay un cargo legal que es clave en el traductor, específicamente en casos puntuales y delicados, como protocolos médicos, donde un mínimo error podría complicar muchas cosas. “Ninguna máquina podría hacerse legalmente responsable de que una traducción es fiel al original”, asevera.

Un híbrido

Si bien los humanos parecen tirar de un lado de la cuerda y la inteligencia artificial del otro, el encuentro entre estos parece ser parte del futuro de la profesión. “Si bien la IA no nos va a reemplazar en traducciones especializadas, al menos no en el corto plazo, sí nos obligará a abrazarla y hacerla parte de nuestra rutina laboral si queremos seguir en el juego”, concluye Berges. 

Una de las cualidades necesarias para los traductores hoy, entonces, parece ser la adaptabilidad. Crespo cree que para ella hay que unirse a la inteligencia artificial en vez de resistirse. “En esta época de vertiginosidad absoluta, está en nosotros aprovechar esta tecnología como herramienta para optimizar tiempos”, propone y finaliza: “Quienes no lo hagan irán quedando fuera de este mercado altamente competitivo”.