De los directores de la biopic de Fito Páez: “La serie es una lucha entre el amor y el dolor” - RED/ACCIÓN

De los directores de la biopic de Fito Páez: “La serie es una lucha entre el amor y el dolor”

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Felipe Gómez Aparicio y Gonzalo Tobal, directores de “El amor después del amor” —la biopic de Fito Páez que acaba de estrenarse en Netflix— nos cuentan los detalles más valiosos de un rodaje cargado de emociones.

De los directores de la biopic de Fito Páez: “La serie es una lucha entre el amor y el dolor”

Iván Hochman y Micaela Riera, como Fito Páez y Fabiana Cantilo. Foto: Prensa Netflix.

Este miércoles se estrenó en Netflix quizás la serie argentina más esperada de los últimos tiempos. “El amor después del amor” cuenta en ocho episodios la vida del gran Fito Páez y rememora momentos que fueron clave tanto en el crecimiento del músico como en la historia del rock nacional. En entrevista con RED/ACCIÓN, sus directores Felipe Gómez Aparicio y Gonzalo Tobal relataron detalles del rodaje en el que el Fito original tuvo muchísimo que ver. 

En “El amor después de amor participan actores de tremenda trayectoria y también varias apuestas nuevas. ¿Quién fue el actor o actriz que más los sorprendió durante el rodaje? 

Felipe Gómez Aparicio: Los actores nos sorprendieron todos para bien, empezando por Iván Hochman en la piel de Fito: hizo un trabajo de investigación muy grande, se metió en el personaje y la rompió toda. Lo de Mica Riera (Fabiana Cantilo) y Daryna Butryk (Cecilia Roth) también fue impresionante. También Campi, como el papá de Fito. Nos parecía interesante meter a un actor más asociado a la comedia a hacer algo más dramático y funcionó muy bien. Joaquín Baglietto, que hizo de su padre por su parecido pero, siendo músico y no actor, también resultó un gran hallazgo. Y el trabajo de Mónica Raiola (Pepa), Mirella Pascual (Belia) y Eugenia Guerty (Charito) también fue impresionante. 

Pero sobre todo nos sorprendió Andy Chango, que no es un actor de formación y fue un hallazgo de Fito. A él se le ocurrió que hiciera de Charly García porque nos decía que no íbamos a encontrar nunca a nadie que se pareciera al Charly de verdad, y tenía razón. Andy hizo un trabajo previo muy serio pero además, al tener mucha relación con Charly, se conocía de memoria todos sus movimientos. No queríamos hacer una imitación, y siendo su primera experiencia como actor de ficción nos sorprendió mucho su capacidad, su sensibilidad y cómo abordó el personaje. 

Gran parte de la serie se grabó en Buenos Aires y recorrieron muchos lugares que son icónicos para la historia del rock nacional. ¿Hubo alguna locación que les fue más difícil de conseguir, por algún motivo? 

Felipe Gómez Aparicio: Con las locaciones en general tuvimos bastante facilidad. Obvio que todas se pagan, no hay nada gratis. Pero hubo una de la que estábamos bastante enamorados, que era el primer departamento donde vivió Fito y que también vivió Fabi ahí. Era en La Boca, desde la habitación de Fito se veía el Riachuelo. Tuvimos la posibilidad de encontrarla, entramos, la fotografiamos, la habíamos elegido para filmar y de pronto hubo como una revolución adentro de este complejo de monoblocks, un problema entre la barrabrava de Boca Juniors y los vecinos, y terminamos perdiendo la posibilidad de filmar ahí. Fue una lástima, porque para nosotros hubiese sido muy especial. 

¿Tienen alguna escena favorita, algún momento del rodaje que los haya marcado? 

Gonzalo Tobal: Durante el rodaje recreamos varios shows y hay muchos que nos encantan. En particular, la presentación de “Giros“, que además es un plano secuencia, la trabajamos un montón, es toda una escena que quedó muy buena y que termina con la salida al escenario y ellos tocando. También cuando aparece Charly por primera vez y los shows de la gira de “Clics Modernos“ son muy disfrutables, porque de alguna manera es como trasladarse a esos momentos y a esos shows. 

¿Qué fue lo más lindo que les dejó, a nivel personal, la experiencia de dirigir una serie sobre la vida de Fito?

Felipe Gómez Aparicio: Primero, tener la posibilidad de estar mano a mano con él hablando de un montón de cosas. Eso fue un aprendizaje increíble sobre el arte en general. Segundo, sentir que por momentos estábamos dentro de esos mundos, de verdad. Nosotros armábamos, por ejemplo, un show de “Clics Modernos“, les decíamos “empiecen a tocar“, nos metíamos entre los actores y sentíamos que realmente estábamos ahí. Y por último, de alguna manera, devolverles a estos monstruos de la cultura argentina un poco de todo lo que nos dieron, hacer que su música llegue a las nuevas generaciones. Pasar a tener nosotros una pequeña participación en la historia del rock argentino; eso nos parece muy especial. 

Fito estuvo muy presente durante toda la producción de la serie y durante la grabación. ¿Qué cosas descubrieron de su mundo? 

Gonzalo Tobal: Conocíamos mucho la música de Fito, yo fui muy fan de chico, fueron los primeros CDs que compré. Pero conocíamos menos la parte más sufrida, la tragedia y el dolor, que es una constante en su vida. Meternos a bucear en eso, investigar y después hablarlo con él, nos hizo descubrir a un tipo que tiene una historia muy dura. A lo largo de su vida de una u otra manera fue superando los momentos de dolor y enfrentandolos, en general, con amor. Vemos la serie como una lucha fuerte entre el amor y el dolor, el dolor que una y otra vez vuelve en su historia a golpear su puerta, llegando a lo más siniestro que son los asesinatos. Y él siempre poniéndole el pecho con su corazón gigante, que uno puede intuir de sus temas pero también, al conocerlo, te das cuenta de lo que es: un tipo de una fortaleza y una resiliencia impresionante. 

Felipe Gómez Aparicio: Hay un momento muy particular, una escena en la que Charly le corrige a Fito unos acordes. Él, en su casa, sentado en su piano, nos mostró exactamente cómo había sido. Pusimos las manos, nos levantó los dedos, tal cual a cómo sucedió entre ellos, y los dos coincidimos en que ése fue uno de los momentos más especiales.