Cómo romper el círculo vicioso entre un mal sueño y la ansiedad (especial para procrastinadores) - RED/ACCIÓN

Cómo romper el círculo vicioso entre un mal sueño y la ansiedad (especial para procrastinadores)

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¿Qué llega primero, la ansiedad o los problemas de sueño? En conjunto, ambos pueden ser extremadamente destructivos, por eso es importante abordar el problema desde el mismo origen y evitar la procrastinación a la hora de acostarse, recomienda un estudio.

Cómo romper el círculo vicioso entre un mal sueño y la ansiedad (especial para procrastinadores)

Crédito: Foto de cottonbro studio para Pexels.

Cualquier persona que tuvo o tiene ansiedad sabe que muchas veces aparece acompañada de problemas de sueño realmente molestos que, a su vez, entorpecen el juicio, afectan el estado de ánimo, reducen la capacidad de aprender y perjudican la memoria. Pero un estudio reciente encontró que prestar más atención a la hora en la que nos acostamos puede ser de ayuda en estos casos.

Por supuesto, la primera recomendación es pedirle orientación a un un psicoterapeuta y/o médico psiquiatra que pueda guiarte a tratamientos basados en la evidencia. Además, en esta nota te dejamos tres consejos útiles y prácticos para dormir mejor. Así todo, la investigación publicada en el Journal of Clinical Psychology demostró que el comportamiento previo a acostarse también es clave.

El equipo de científicos de la Universidad de Arkansas (Estados Unidos) les pidió a 308 adultos que completaran un cuestionario sobre salud psicológica y comportamientos del sueño. Por ejemplo, les preguntaron con qué frecuencia en las últimas dos semanas se habían sentido tensos o nerviosos, irritados o habían soñado despiertos. Por otro lado, consultaron sobre hábitos de sueño, como a qué hora se acostaron, cuándo se durmieron y cuántas horas totales descansaron.

En promedio, notaron un  retraso de 1,82 horas en conciliar el sueño. Como era de esperarse, los que más ansiedad tenían más postergaron la hora de acostarse debido a, principalmente, la experiencia negativa que representaba intentar dormir. He aquí el círculo vicioso: las personas ansiosas tienden a involucrarse en niveles más altos de procrastinación a la hora de acostarse, lo que a su vez explica por qué tienden a experimentar más problemas para dormir, resume Psypost.

El término “procrastinación de la hora de acostarse por venganza" (en inglés "Revenge bedtime procrastination") se refiere a cuando sacrificamos el tiempo de descanso porque la noche es el único momento libre que podemos dedicarnos si durante el día la agenda es muy apretada. Sin embargo, incluso antes de hacerlo sabemos que nos hará sentir más cansados, agotados, estresados, irritables y menos productivos al otro día.

Por eso, como aconseja Psychology Today, dado que este fenómeno puede tener consecuencias negativas para la salud y las relaciones, “si te encuentras involucrado en este comportamiento, trata de identificar la causa raíz y haz los cambios correspondientes”.

El medio especializado en salud mental propone cinco preguntas para identificar si estamos adoptando el “revenge bedtime procrastination":

  1. ¿Retrasás irte a dormir constantemente y recortás tu hora ideal para acostarse, así como la cantidad de horas de sueño?
  2. ¿Por qué te quedas despierto más tarde de lo que tenías previsto? ¿Sentís que necesitas más tiempo al final del día?
  3. ¿Estás dispuesto a perder el sueño para tener unas horas de diversión o tiempo para ti mismo, aunque reconoces que te sentirás peor más tarde?
  4. ¿Tu agenda típica está sobrecargada y es tan estresante que no logras reservar momentos regulares para el ocio o el cuidado personal?
  5. ¿Sentís que te falta autonomía, ya sea en el trabajo o en el hogar?

“La conciencia es el primer paso para contrarrestar la ‘procrastinación a la hora de acostarse por venganza’. Si bien no es un diagnóstico técnico, es importante considerar el fenómeno como una posible causa de por qué podés acostarte más tarde de lo que deseas y no dormir lo que tu cuerpo y mente necesitan, y una señal importante para prevenir el burnout”, concluye Psychology Today.