"Es tan lindo que podría comerlo": ¿qué es la agresión tierna?

"Es tan lindo que podría comerlo": cuál es la explicación detrás de las "agresiones tiernas"

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Cuando algo es tan adorable que queremos apretarlo, comerlo o alguna otra leve agresión, nuestro cerebro está reaccionando para regular la sobrecarga de emociones positivas. Esta conducta fue llamada en el 2015 "agresión tierna" por un grupo de psicólogos.

Probablemente sean pocas las personas que nunca sintieron el impulso de apretar o morder a un bebé, un cachorro o a alguien que le generara mucha ternura. Una noche en el año 2012, la Dra. Oriana Aragón (en ese entonces estudiante de posgrado de psicología social) miraba un programa de televisión en el que la actriz Leslie Bibb comentaba haber visto un cachorro "tan lindo que quería darle una patada en la cabeza". Intrigada por esta manera de expresar la emoción, Aragón decidió llevar esto al plano académico.

Así surgió su investigación de las "emociones dimórficas", término acuñado en su publicación (disponible en PubMed) del 2015. "Lo que encontramos en nuestro estudio original fue que cuando las personas sentían este tipo de fuerte adoración y luego mostraban la 'agresión tierna', los ayudaba a bajar de esa experiencia emocional muy fuerte había una especie de capacidad para ayudarlos a regular sus propias emociones", explicó Aragón en la revista Vice.

Por supuesto, el hecho de que un pellizcón o mordedura se cosnsidere una "agresión tierna" (cute agression en su idioma original) es altamente dependiente del contexto. Además, tiende a ser una respuesta común en personas con altos niveles de sensibilidad y que son fácilmente tomadas por sus emociones. "Entonces, las personas que quieren pellizcar las mejillas de los bebés y gruñirles también son más propensas a llorar en un casamiento, llorar cuando nace un bebé o tener una risa nerviosa" elabora la especialista.

Unos años más tarde, la psicóloga Katherine Kuhl-Meltzoff Stavropoulos (especialista en neurociencia) decidió que quería entender la "agresión tierna" partiendo del cerebro. Para ello, condujo un estudio que se publicó en el 2018 en la revista Frontiers in Behavioral Neuroscience.

Allí, ella y un colega registraron la actividad eléctrica en los cerebros de 54 adultos jóvenes mientras miraban imágenes de animales y personas. Las imágenes incluían adultos y bebés. Algunas habían sido manipuladas para parecer menos atractivas. A otras se les hizo extraadorables, lo que implicaba "mejillas grandes, ojos grandes, narices pequeñas, todas estas características que asociamos con la lindura", comenta Stavropoulos a NPR.

El estudio encontró que para todo el grupo de participantes, las criaturas más lindas se asociaron con una mayor actividad en las áreas del cerebro involucradas en la emoción. Cuando los participantes tenían una respuesta de "agresión tierna", los científicos también notaron más actividad en el sistema de recompensa del cerebro. "Ambos sistemas (el de las emociones y las recompensas) en el cerebro están involucrados en esta experiencia de agresión tierna, y la combinación puede ser abrumadora", desarrolla la psicóloga.

En línea con las investigaciones anteriores, esto explica por qué los pensamientos agresivos o emociones negativas aparecen y sirven para regular, haciéndole de contrapeso, a la sobreestimulación de emociones positivas.