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La biblioteca de los libros (no) tirados a la basura, una cruzada para darles una segunda oportunidad a los libros

Comenzó en el 2018 como un grupo de Facebook para intercambiar textos y también donarlos a otras instituciones como escuelas, bibliotecas, hospitales o centros penales. Parte de los textos se cambian por alimentos para los más necesitados. Además, desde 2020 cuenta con espacios físicos en el barrio porteño de San Cristóbal, donde los vecinos pueden intercambiar libros o pedirlos prestados.

Cómo funciona el club de libros infantiles en español más grande de Latinoamérica y por qué es tan exitoso

Con Lecturita —el club literario para los más pequeños creado en 2018— la marplatense Celina Alonso ofreció soluciones a dos problemas que suelen tener los adultos al elegir libros para sus hijos e hijas: acceder a la oferta de literatura infantil, que es mucha pero concentrada en las grandes ciudades, y entender cuáles entre toda esa variedad de títulos se adaptan a los gustos y necesidades de la personita en cuestión.

Los audiolibros crean un nuevo público lector y amplían la oferta literaria para personas ciegas

“La mitad de los consumidores de audiolibros son personas que no habían leído un libro en papel el último año”, dice Eugenia Bascarán, directora editorial para Latinoamérica de Storytel, la plataforma más popular de streaming de este formato. La oferta de textos leídos por locutores o actores de voz es cada vez más amplia e inclusiva: agranda el universo de contenidos para personas ciegas y suma a un público que había abandonado o restringido la lectura.

Audios de WhatsApp: un puente entre voluntarios que leen cuentos y personas con discapacidad visual

Relatos en red se llama la propuesta que conecta a personas con discapacidad visual que quieren acceder a la literatura con voluntarios y voluntarias que aman leer en voz alta. La lleva adelante la organización Tiflonexos, que recibe cuentos grabados en audios de WhatsApp o por mail y los distribuye entre casi cuatrocientos usuarios de habla hispana de diferentes países del mundo.

Sandra y Norma, la historia de una mujer gitana que lloraba porque no sabía leer y la bibliotecaria que le cambió la vida

“No fui a la escuela porque en mi época íbamos de un lado a otro”, le dijo Sandra cuando le rogó que le enseñara a leer. Norma, de la biblioteca Gladys Smith de Mar del Plata, se conmovió y armó un plan de alfabetización. Otras mujeres de esa comunidad romaní se sumaron a las clases. Aprender a leer les significó desde poder tramitar el DNI hasta tomar el colectivo solas. Con los años, ese taller creció hasta convertirse en una escuela primaria para adultos.