Escuelas técnicas: el plan para que los futuros egresados tengan clases prácticas y no los llamen la "promo de la pandemia"- RED/ACCIÓN

Escuelas técnicas: el plan para que los futuros egresados tengan clases prácticas y no los llamen la "promo de la pandemia"

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Lo cuenta Diego Golombek, director ejecutivo del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), de la que dependen las más de 1600 secundarias técnicas y 680 mil estudiantes de todo el país. "Tenemos que asegurarnos de que la calidad de la enseñanza sea la misma que en cualquier otro año", afirma.

Escuelas técnicas: el plan para que los futuros egresados tengan clases prácticas y no los llamen la "promo de la pandemia"

Diego Golombek / Foto Diego Golombek

Diego Golombek es doctor en Ciencias Biológicas y divulgador científico. Desde diciembre, es el director ejecutivo del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET). Bajo su área funcionan más de 1600 secundarias técnicas repartidas en las 24 jurisdicciones del país. A ellas van unos 682.000 estudiantes que cursan alguna de las 22 especialidades que ofrecen.

Del INET también dependen unos 174.000 estudiantes que se están formando como técnicos superiores y unos 338.700 en formación profesional. Vale aclarar que la educación técnico profesional se encuentra amparada, desde 2005, por la ley 26.058.

Teniendo en cuenta el trabajo en talleres que caracteriza a las escuelas técnicas, ¿qué evaluación hace respecto a cómo han funcionado durante la pandemia?
—En principio, todas las provincias desarrollaron módulos de capacitación, de formación a distancia, sobre todo para las materias más científicas o humanísticas. Pero, claramente, el lema de una secundaria técnica es hacer con la cabeza y con las manos. Eso está totalmente interrumpido y nos preocupa pensar si nos va a alcanzar el tiempo para poder recuperar la práctica en estos talleres. En ese sentido, hay varios planes que las escuelas están desarrollando para lograrlo. Sobre todo en los casos más acuciantes, aquellos que necesitan de las prácticas para terminar la secundaria.

Diego Golombek / Foto Diego Golombek

Sobre ese tema varios docentes de la comunidad de RED/ACCIÓN, preguntaron qué acciones se planifican para desarrollar las prácticas profesionalizantes.
— Bueno, esas 200 horas de práctica profesionalizante que los y las estudiantes deben cumplir en algún lugar de trabajo, pueden hacerse en industrias, laboratorios, hay muchas posibilidades. Por eso, varias provincias están pensando alternativas para asegurarles esa práctica a los estudiantes que se recibirán este año. Por ejemplo, están realizando prácticas en empresas simuladas, o en formulación y análisis de proyectos y emprendimientos. El objetivo es asegurar la enseñanza con la calidad máxima pero adaptada a la realidad que nos partió al medio. Porque a la vuelta tendremos que ver cómo las empresas ponen en marcha un sistema que les permita aceptar alumnos para una actividad formativa, capacitadora. Vamos a tener que trabajar mucho explicándoles a los empresarios que esta práctica es imprescindible, que de eso depende que ellos después tengan técnicos bien formados. 

Volviendo a los estudiantes que egresan este año, por ejemplo desde una escuela técnica de Bariloche que otorga el título de maestro mayor de obra, temen terminar sin las prácticas, con la responsabilidad que eso significa para los estudiantes y la institución que otorga el título.
—A esa especialización en particular, que es de las que tienen incumbencias profesionales porque un maestro mayor de obra puede construir una casa de varios pisos, nosotros tenemos que asegurar que la formación es la adecuada. Veremos en cada caso si tenemos que extender el año laboral, hacer horas extras o modificar la dedicación horaria cuando se pueda volver a las escuelas dándole una cierta preponderancia a los talleres. Pero es una logística complicada de diseñar. Sin embargo, tampoco podemos permitir que se les ponga una rúbrica a los egresados de 2020 como los egresados de la pandemia. Tenemos que asegurar que la enseñanza es exactamente la misma en la calidad que en cualquier otro año. Tenemos una Comisión Federal en Enseñanza Técnica donde están todas las provincias representadas, ahí iremos viendo posibilidades con cada jurisdicción, porque las escuelas son de las jurisdicciones.

Entiendo que para diseñar los horarios de vuelta a las aulas tienen que contemplar que los docentes, en nuestro sistema secundario, van de un colegio a otro, en el mismo día.
—En la discusión por la eventual vuelta a las aulas, los representantes de los docentes están planteando estos problemas. La respuesta nuestra es: resolvamoslo juntos. Por suerte hay muy buena voluntad de todos lados. Pero es un tema complejo y al que hay que llegar a través de un consenso federal, que incluya a todas las escuelas secundarias. De todos modos, estamos trabajando en la solución aún cuando no sabemos exactamente cuándo vamos a volver.

Desde el Ministerio de Educación de Nación presentaron un protocolo al Consejo Federal de Educación y que las jurisdicciones aprobaron la semana pasada. Ahora, ¿cómo proyectan aplicarlo en las escuelas técnicas?
—Nosotros vamos a emitir recomendaciones tanto desde el INET como desde la Comisión Federal de Enseñanza Técnica. Pero no podemos imponer cosas, cada jurisdicción va a desarrollar sus protocolos adicionales. Luego, incluso cada escuela podrá hacer el suyo de acuerdo a su infraestructura y posibilidades, agregando cosas o viendo cómo aplican lo que el protocolo de su jurisdicción exige. Obviamente llevó tiempo contar con un documento consensuado, con protocolos y recomendaciones realmente cumplibles.

Diego Golombek / Foto: Ministerio de Educación de Nación

¿Por ejemplo?
——Temas como la medición de la temperatura, o el transporte interurbano son cuestiones que deben resolverse con los protocolos federales y con la participación de las jurisdicciones. Es obvio que nadie puede entrar con fiebre a una escuela, pero tampoco se si es posible comprar un termómetro infrarrojo para cada una. Hay que analizar otras posibilidades. Lo mismo en el transporte público y en el escolar, hay que poner especial cuidado en esos aspectos. Por eso, cada jurisdicción debe plasmar ese protocolo obligatorio que diseñamos y adecuarlo con las recomendaciones jurisdiccionales.

En cuanto a la aplicación del protocolo a los talleres de las escuelas secundarias, ¿qué acordaron?
—Acordamos con los referentes de las jurisdicciones que se prioricen las actividades prácticas, que haya un uso intensivo del taller aunque con las medidas de distanciamiento adecuadas. La preocupación por asegurar lo práctico es de todos. Hay docentes que por motu propio mandan actividades para hacer con elementos cotidianos, sobre todo en los primeros años. Al mismo tiempo, podemos echar mano, y lo estamos haciendo, a sistemas alternativos pero no reemplazantes. Uno es el mundo de la simulación, hay simuladores para distintas máquinas, para distintos entornos formativos, para distintas tareas industriales, que andan muy bien. Simuladores físicos, donde uno se sienta como si fuera en una grúa, o simuladores que son desde una compu y simulan una situación de trabajo. ¿Es lo mismo? No, claro que no. ¿Va a reemplazar la práctica? No, no la va a reemplazar. Pero puede completarla y ayudar a vivir una situación en una empresa simulada. Yo confío plenamente en las escuelas técnicas porque conforman una red muy sólida. La camiseta que tiene puesta el mundo de la educación técnica, no la he visto en otras áreas de la educación. El orgullo de ser de la técnica es palabra mayor.

En cuanto a la higiene y distancia que hay que implementar, ¿cómo van a trabajar en los talleres?
—En el protocolo que se aprobó ahora dice algo muy genérico, como que en los talleres hay que mantener el mismo tipo de condiciones sanitarias que para el resto de los ambientes. Y se hace un agregado para aquellas tareas que necesariamente requieran de un espacio reducido: se recomienda que además de barbijo usen protectores faciales. Por supuesto, con la Comisión Federal de Enseñanza Técnica ahora tenemos que trabajar en las condiciones específicas para los tres niveles de técnica.

El ministro Nicolás Trotta dijo que las escuelas que no contaran con agua y baños no podrían volver. ¿Se sabe cuántas secundarias técnicas no cuentan con la infraestructura necesaria para retomar?
— Hay un operativo de evaluación que se está haciendo ahora, relacionado con esos aspectos. Pero, creo que dentro de las técnicas el porcentaje de las que están en condiciones de abrir puede ser más alto que el de las escuelas en general. Esto porque en general y gracias la maravillosa ley de ETP han recibido fondos para aggiornarse y hacer obras de mantenimiento. Pero habrá que ver, hay escuelas que no tienen acceso al agua, por ejemplo. Acá, no como funcionario sino como ciudadano, opino que quienes implementan la ley deben ponerse firmes, hay que lograr que entre el estado nacional y la provincia se garanticen las condiciones que marca el protocolo. Y digo ponerse firme porque puede haber familias pidan que se abran porque necesitan que los pibes y pibas vayan a la escuela. Y también puede pasar lo contrario, familias que  se nieguen a enviar a sus hijos a la escuela hasta… 2032. Acá la responsabilidad es del estado nacional, provincial y municipal, sean las escuelas de gestión pública o privada.

¿Se las piensa a las técnicas como productoras de insumos que son indispensables hoy en la sociedad?
—Ahora más que antes. Las técnicas no están tan insertas como debieran en el desarrollo local, no miran tanto a su comunidad, con enormes excepciones por supuesto. Pero que han respondido muy bien a la emergencia sanitaria. Con los cuidados que hay que tener, un número grande de escuelas fabricó protectores faciales, alcohol en gel, insumos hospitalarios, etcétera. Por supuesto dentro de lo que se puede. Las escuelas tienen impresoras 3D y han logrado que vaya una personas y las haga producir. Me parece que esto tiene que ser una lección, deben mirar la matriz productiva de su comunidad y ver qué pueden aportar. Debe haber un ida y vuelta entre las escuelas y las pymes, las escuelas y el campo.

Diego Golombek / Foto Ministerio de Educación de Nación

Estimaciones oficiales hablan de un 20% de estudiantes que no han logrado conectarse con sus docentes durante la cuarentena. ¿Saben ustedes cuántos de sus estudiantes no lograron conectarse?
—No tengo los números porque recién se está haciendo la Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica. Sin embargo, en términos más bien anecdóticos, creo que la situación de las técnicas es un poco mejor que la de las secundarias orientadas. Yo estoy admirado por la continuidad pedagógica que ha habido en las escuelas técnicas. Se han desarrollado plataformas, clases por Zoom, se ha aprovechado el sistema de Seguimos Educando e hicimos contenidos remotos -tenemos una biblioteca digital en el INET que se ofrece a las escuelas y se usa muchísimo-. Por eso sospecho que la situación es mejor.

¿En relación a otros países la cantidad de escuelas y alumnos con los que contamos son mucho o pocos respecto a la población?
—Son relativamente pocos. Del total de estudiantes secundarios, el 18% asiste a escuelas técnicas. En otros países es bastante más alto: Chile está cerca del 40%, México el 38%, Paraguay el 24%. Respecto a la matrícula total el techo de mujeres anda por el 30%, con mucha fluctuación dependiendo la especialidad o la provincia. Queremos que suba y trabajamos en acciones para acercarnos a la equidad de género en la técnica también.

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