Dengue: qué significa que haya distintas cepas del virus y qué sabemos sobre la vacuna - RED/ACCIÓN

Dengue: qué significa que haya distintas cepas del virus y qué sabemos sobre la vacuna

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El país atraviesa el pico de infecciones más elevado del que se tiene registro. Mientras, los repelentes aumentan de precio y la vacuna Qdenga del laboratorio japonés Takeda cuesta $70.000 cada una de las dos dosis, sumado a que no está recomendada para todas las poblaciones. Carmen Mabel Benítez, médica infectóloga, profundiza sobre los efectos de la epidemia y las precauciones recomendadas.

Dengue: qué significa que haya distintas cepas del virus y qué sabemos sobre la vacuna

Foto: Río Negro.

En Argentina, el Boletín Epidemiológico Nacional registró 215.885 casos de dengue en lo que va del 2024 y la tasa de letalidad en el país aumentó (0 % en 2022, 0,052 % en 2023 y 0,073 % en lo que va del año). Debido a esta epidemia, la demanda y los precios de todo tipo de repelentes ascendió, lo que a su vez produjo una escasez del producto. Frente a esto surgió la posibilidad de encontrar productos de repelente en el exterior y también se recibió una donación desde México de más de 22.000 de marca Off.

Respecto a la vacuna, hoy existen dos a nivel mundial. La primera, Dengvaxia del laboratorio Sanofi Pasteur, fue registrada en 2015 y dos años más tarde fue aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para personas de entre 9 a 45 años. Según Chequeado, más tarde Sanofi presentó una actualización del prospecto que incluye una advertencia para aquellas personas que no hayan padecido la enfermedad y la actualización fue aprobada por la ANMAT en 2020.

La segunda es Qdenga del laboratorio japonés Takeda, la cual se encuentra disponible desde noviembre de 2023 en el país. En este caso, para generar los anticuerpos necesarios se aplican dos dosis separadas por un intervalo de tres meses y cada una tiene un costo de $ 70.842. Unas 25 obras sociales y/o prepagas reconocen su cobertura con descuentos que van desde el 20% al 100%, según informó Chequeado, y solo se encuentran en vacunatorios y farmacias.

Desde RED/ACCIÓN hablamos con Carmen Mabel Benítez, médica infectóloga, para profundizar sobre la necesidad de aplicación de la vacuna, cuáles son los síntomas de la infección y cuán efectivos son los repelentes alternativos.

—¿Existen distintas cepas del virus dependiendo de la zona del país?

—El dengue tiene cuatro cepas: dengue 1, 2, 3 y 4 (que se denominan DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4). En Argentina, las cepas prevalentes son DENV-1 y DENV-2, pero en las provincias del noroeste argentino hay circulación de otras, como DENV-3. En el nordeste, en esta epidemia particularmente, hay un incremento de la cepa DENV-2, que de por sí tiene una agresividad especial.

¿Se pueden manifestar diferentes síntomas según la cepa?

—No hay ninguna cepa viral que genere más síntomas. Todos tienen la posibilidad de desarrollar un cuadro completo de dengue y hay otros que solamente tienen fiebre o cefalea. De hecho, más del 60 % de los casos de dengue son asintomáticos o oligosintomáticos (que tienen muy pocos síntomas). Esto le puede suceder a un paciente añoso o a uno joven. Además, si bien hay factores de riesgo para el dengue grave, como puede ser un paciente mayor de 60, tener enfermedad cardiovascular, tener diabetes y tener obesidad, un paciente joven saludable puede tener una infección severa también. Hay un juego que se da entre lo que es el virus y lo que es la respuesta inflamatoria que desencadena cada individuo, lo cual es inherente a cada persona.

—¿Cuál es la diferencia entre dengue clásico y grave?

—En el dengue clásico nunca hay afectación pulmonar, por eso se llama al dengue gripe seca. El paciente tiene la fiebre, cefalea, dolor muscular, pero sin síntomas respiratorios. Cuando el dengue es grave, hay una falla orgánica y los pulmones pueden ser afectados principalmente porque empiezan a acumular líquido. El dengue grave se puede dar en dos situaciones: en pacientes que ya tienen el antecedente de haber padecido la enfermedad por una cepa viral diferente (el 25 % de la población que es reinfectada tiene la posibilidad de desarrollar un dengue grave); o aquellos pacientes que tengan la primera infección con la cepa DENV-2.

También se habla de las coinfecciones que puedan existir, es decir, el contagio de dos cepas al mismo tiempo, aunque eso todavía no está bien determinado. En Misiones hemos tenido casos y en Buenos Aires también sucedió. No obstante, a estos pacientes no les fue peor que aquellos que tenían solamente una cepa viral.

—¿Quiénes pueden colocarse la vacuna?

—Las vacunas están aprobadas por la ANMAT para la colocación en la población mayor de 4 años hasta los 60 años. No es que una persona de 60 vaya a tener complicaciones, ya que la vacuna en sí es segura. Lo que sucede es que no sabemos qué grado de inmunidad o de respuesta de anticuerpos puede tener. Esto se debe a que los trabajos iniciales fueron con pacientes jóvenes, de los 15 a 45 años. Después aparecieron otros subgrupos y se supo que los menores de 15 años también se favorecerían.

—¿A quiénes no se aconseja vacunar?

—Las personas profundamente inmunosuprimidas, las que realizan tratamientos quimioterápicos o biológicos, las tengan alguna otra inmunodeficiencia, los pacientes con SIDA que no están en tratamiento, las pacientes embarazadas y lactantes no se pueden colocar la vacuna porque es una de virus atenuado. Esto quiere decir que se toma la misma cepa viral, en este caso la DENV-2, y se atenúa su virulencia, o sea, el poder de enfermar. El mismo proceso se hace con vacunas como la de la fiebre amarilla o del sarampión. Respecto a la población menor a 4 años, las embarazadas o personas que estén lactando no hay datos relevantes, hay trabajos que se están haciendo por lo que vamos a tener prontamente esa información.

—¿La vacunación puede generar algún malestar?

—A un paciente que está relativamente sano no le suele ocurrir nada. Lo que puede ocurrir al quinto o séptimo día de la aplicación por 24 horas puede tener síntomas similares al dengue pero de una duración muy breve, como una sensación de fiebre, dolor muscular o un profundo decaimiento.

—Si una persona se vacuna, ¿significa que puede relajar el resto de los cuidados?

—La vacuna sirve para aminorar el dengue sintomático. Las personas tienen que seguir tratando de evitar la picadura de los mosquitos y seguir limpiando sus domicilios y sus peridomicilios, que son los verdaderos lugares de crianza del mosquito. La vacuna está demostrada que es para evitar los síntomas severos del dengue clásico y disminuir sustancialmente más un 80 % el riesgo de un desarrollo de dengue grave.

¿Crees que las vacunas deberían implementarse en todas las provincias?

—La vacuna no se puede nacionalizar, ya que las provincias como Chubut, Río Negro y Ushuaia no tienen este inconveniente, porque el mosquito que pica no puede vivir en temperaturas que sean inferiores a 10 grados. En el sur puede haber casos de dengue, pero generalmente son importado. Entonces, no necesitarían vacunas. Las provincias que tienen prioridad son las que están en el norte y ahora también en el centro del país. Ahora bien, con los efectos del cambio climático que estamos viendo en algún momento puede ser un potencial problema para el sur también.

—Se viralizaron métodos alternativos para combatir mosquitos, como esencia de vainilla o vinagre, ¿qué tan eficaces pueden llegar a ser?

—No hay ningún estudio que demuestre que estas sustancias, desde el punto de vista médico, puedan reemplazar al repelente. No tenemos trabajos o evidencia y son cosas anecdóticas que se trasladan de persona a persona. Surgen por buscar una alternativa si no tenemos realmente repelente, pero eso no quiere decir que sea una acción segura.

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