Algunos creerán que para aprender astronomía se necesita un telescopio o, como mínimo, un par de binoculares. Sin embargo, hay infinidad de fenómenos que podemos observar a simple vista protagonizados por la Luna, el Sol y simplemente los movimientos de nuestro planeta, que enseñan lo más básico de esta ciencia —aunque no simple—. Uno de ellos es el equinoccio: el momento del año en el que los dos hemisferios de la Tierra reciben los rayos del sol por igual.
¿Qué es el equinoccio?
Primero, hay que visualizar que el ecuador celeste es una proyección del ecuador de la Tierra hacia el cielo. Pero como nuestro mundo gira sobre un eje inclinado (específicamente un 23,5° con respecto al plano de órbita que se da alrededor del Sol; siempre en la misma dirección), nuestra orientación hacia el Sol cambia a lo largo del año.
Cuando estamos en el hemisferio que se inclina hacia nuestra estrella madre, esta aparece más alta en el cielo que el ecuador celeste y experimentamos el verano, con sus días más largos. Por el contrario, “cuando el eje apunta hacia afuera, el Sol nunca sale tan alto como el ecuador celeste y experimentamos el invierno, con días más cortos”, explica The Guardian.
¿Cuándo cae?
El día más largo se conoce como solsticio de verano y el más corto es solsticio de invierno. A medida que la duración del día cambia gradualmente de uno a otro, llega un punto en el que la duración del día es aproximadamente igual porque el Sol está en el ecuador celeste. Hay dos cada año: uno en marzo y otro en septiembre. Este 2024 el equinoccio marzo tendrá lugar el 20 de marzo a las 03:06 GMT, es decir, a las 12:06 AM en Argentina, según el Servicio de Hidrografía Naval.
¿Qué genera?
Durante el equinoccio los dos hemisferios de la Tierra reciben los rayos del sol por igual, por lo que se suele decir que la noche y el día tienen casi la misma duración. De hecho, la palabra equinoccio proviene del latín aequus (igual) y nox (noche). “Para nuestros antepasados, cuyo cronometraje era menos preciso que el nuestro, el día y la noche probablemente parecían iguales. Pero hoy sabemos que no es exactamente así”, aclara EarthSky.
Por lo tanto, podemos esperar que los atardeceres y amaneceres sean los más rápidos del año, es decir, el tiempo que tarda todo el Sol en hundirse o salir por el horizonte. En el hemisferio norte trae amaneceres más tempranos, atardeceres más tardíos y plantas que florecen. Mientras tanto, para nosotros en el hemisferio sur tendremos amaneceres más tardíos, atardeceres más tempranos, vientos más fríos y las hojas secas que anuncian el otoño.
Si querés leer más, te recomiendo esta nota sobre qué es lo que sucede en los solsticios y otra sobre por qué la cercanía al Sol no es lo que determina las estaciones.
