Así es como contaminás al mundo mientras usás internet
Mientras la digitalización se extiende como medida para reforzar el distanciamiento por la pandemia, empresas y ONG alertan de su impacto en el planeta.
Mientras la digitalización se extiende como medida para reforzar el distanciamiento por la pandemia, empresas y ONG alertan de su impacto en el planeta.
El secretario general de la ONU reclamó incrementar la ambición en mitigación, financiamiento y adaptación.
Para abordar los desafíos globales que se han visto amplificados por la pandemia de COVID-19, los sectores público y privado deberán colaborar mucho más estrechamente. Así como los gobiernos deben actuar como creadores y modeladores de mercado, las corporaciones deben desarrollar nuevos modelos comerciales y métricas de desempeño.
La pandemia de COVID-19 ha afectado especialmente a América Latina, lo que dificulta aún más la búsqueda de una rápida descarbonización y resiliencia climática para la región. Pero si los formuladores de políticas pueden combinar las políticas climáticas con una agenda social más amplia, pueden comenzar a convertir los costos potenciales en beneficios a largo plazo.
Aunque la crisis de la biodiversidad está íntimamente ligada a la climática, el financiamiento para abordarla es lamentablemente inadecuado. Con un nuevo plan mundial de biodiversidad ahora en proceso, el mundo tiene la oportunidad, y el deber, de comenzar a recuperar el tiempo perdido.
En octubre se realizará en Pekín la Segunda Conferencia Mundial sobre Transporte Sostenible. El desafío: desarrollar a largo plazo una organización más inteligente de los centros urbanos y de los movimientos de las personas.
Prioridades legislativas relacionadas a la sustentabilidad que deberían tener lugar tras las elecciones.
Recorremos un reporte que analiza la transparencia de 250 de las principales marcas de moda. Además, una charla sobre meteorología y tres destacados de la política argentina.
Resumimos propuestas, tanto aquellas que debieran promoverse como otras que pueden complicar el propósito final de proteger al ambiente y a la sociedad.
La pandemia de COVID-19 ha demostrado que conquistaremos el virus enfocándonos en un objetivo común, cooperando y permitiendo a las personas la libertad de innovar. Superaremos la amenaza del calentamiento global de la misma manera.
La descarbonización transformará los patrones globales de producción y comercio de manera tan radical que las nuevas oportunidades de crecimiento sin duda aumentarán para los países astutos del Sur. Su objetivo no debería ser frenar el calentamiento global restringiendo las emisiones domésticas, sino más bien forjarse un rol en una economía mundial que se vuelve más verde a pasos acelerados.
Si la industria naviera fuera un país, sería el noveno emisor de gases de efecto invernadero del mundo. Lograr su descarbonización cuanto antes es fundamental y los especialistas evalúan distintas alternativas: reducir la velocidad de los buques, utilizar el llamado “hidrógeno verde” y aplicar la tecnología para el regreso de la navegación a vela.
Una síntesis y análisis del reporte de la Agencia Internacional de Energía, publicado ayer, sobre cómo alcanzar emisiones netas cero para 2050.
Con los compromisos climáticos nacionales y una renovación del multilateralismo ganando impulso, existe una oportunidad única para forjar un consenso global sobre temas como el precio del carbono, la transición verde y las finanzas sostenibles. En cada caso, la Unión Europea ofrece un modelo prometedor para otros.
La deforestación del Amazonas en Brasil alcanzó un máximo de 12 años en 2020, y más del 95% es ilegal. A menos que los gobiernos y los mercados revalúen radicalmente los servicios naturales de la selva y estimulen una economía verde, un escenario de pesadilla puede ser inevitable.
En distintas zonas se registran enfermedades, mareos, desmayos o angustias asociados al carbón o al cobre. El país trasandino comenzó una transición gradual, con foco en la descarbonización, para lo cual se busca un cierre progresivo de plantas. Paralelamente, crece la capacidad generada con energía solar, eólica e hidráulica, que en los últimos seis años se multiplicó por cinco.
Al abordar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, todos estarán mejor gracias a mejores empleos, aire y agua más limpios, menos pandemias y una mejor salud y bienestar. Pero, como ocurre con cualquier transición amplia, los cambios venideros alterarán a algunos y beneficiarán a otros, creando tensiones dentro y entre países.
Los líderes mundiales que se reúnen hoy en la Cumbre del Día de la Tierra deben reconocer los vínculos cada vez más profundos entre la crisis climática y la educación. En los próximos 30 años, se espera que más de 140 millones de personas se vean desplazadas por el cambio climático en el sur de Asia, África subsahariana y América Latina, a un costo de alrededor de US$ 7.900 millones.
Cuantos más eslabones, y más empresas se involucran, mejor es el resultado. “Esto es necesario porque tenemos deficiencia crónica de divisas y un porcentaje elevado de pobreza”, dijo el ex Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.