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Saber para decidir: posibilidades y dificultades para customizar las medidas frente a la pandemia

El uso intensivo de datos para informar las decisiones que se toman en el contexto cambiante que supone el avance de la COVID-19 fue un punto en común de muchas estrategias implementadas para dar respuesta a la crisis sanitaria. Costa Rica es un claro ejemplo de este enfoque. ¿Qué ocurrió en la Argentina? Las autoras analizan cómo usó nuestro país los grandes volúmenes de información.

La "vacuna vegetal": cómo funciona, cuándo podría aprobarse y por qué podría ser clave para mejorar el acceso a la vacunación

En el Hospital Militar Central de Buenos Aires se están llevando a cabo estudios de fase 3 para una vacuna totalmente innovadora. Su nombre se debe a que parte de su fabricación transcurre dentro de una planta. Además de haber demostrado ser entre 50 y 75 veces más efectiva que otras vacunas, esta tecnología podría ayudar a los países que hasta ahora cuentan con muy pocas dosis disponibles.

¿Debería ser obligatoria la vacunación contra el COVID-19?

Varios gobiernos del mundo ya están implementando medidas restrictivas para que las personas que no quieren recibir la vacuna no puedan entrar en espacios públicos, e incluso se estableció la obligación de vacunarse para personas de ciertas profesiones. ¿Es esto efectivo en busca de lograr la inmunidad de rebaño? ¿Está bien desde un punto de vista ético? ¿Cuán justificados están los temores en torno a la seguridad de las vacunas?

Ushahidi, la plataforma social que ayudó al mundo durante la pandemia

Se trata de un servicio que nació hace más de una década en Kenia después de una inmensa crisis social. Fue utilizado por ciudadanos, comunidades, organizaciones e incluso Gobiernos de todo el globo para responder a diferentes problemas y documentar desigualdades. Desde que se declaró la pandemia de COVID-19, su uso se multiplicó y el modelo se replicó en casos como Frena la curva, de la Argentina.

Paola de los Santos: “La lactancia protege al bebé con todos los anticuerpos, incluyendo los de la COVID-19”

Es puericultora y experta en lactancia. Acompaña a miles de mujeres –muchas de ellas actrices y figuras públicas que viven en la Argentina y en el exterior– en el embarazo y el posparto. En esta entrevista habla sobre la evidencia científica reunida hasta el momento respecto a la transmisión de anticuerpos de la COVID-19 de madre a hijo y les recomienda amamantar tanto a las vacunadas como a las que contraen el virus.

Por qué es importante reconocer la languidez, la emoción dominante de la pandemia

Cuando hablamos de salud mental, solemos pensar en extremos: depresión o bienestar total. Pero también existe un punto medio de estancamiento y falta de bienestar al que se lo denomina languidez. Reconocerla es el primer paso para cuidar de nuestra salud mental.

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¿Te pasó que en el último tiempo te costó concentrarte, te sentiste sin ánimo y con poca energía? Tranqui, en estos tiempos es algo normal. Lo que probablemente te esté pasando es algo que se llama languidez. 

Qué es la languidez

La languidez es una sensación de estancamiento y vacío que suele hacernos sentir desmotivados, sacarnos nuestra capacidad de concentración y hasta triplicar nuestra improductividad.

Cuando hablamos de salud mental, por lo general pensamos en los dos extremos. Por un lado la depresión y por el otro el bienestar total. Pero cuando nos sentimos en un punto medio, donde no estamos deprimidos ni tampoco funcionando a pleno, a esto le llamamos languidez.

En gran parte, esto se debe a la situación a la que la pandemia nos está forzando a vivir.

"Empezó a haber una especie de somnolencia en los movimientos, cierto apocamiento, que incluso que contrarrestaba con cierto susto que daba salir afuera", explica el psicólogo Miguel Espeche. "De pronto volver a tener todo el conglomerado de estímulos que estábamos acostumbrados queda de lado y uno se vuelve más pachorra o más lánguido en sus movimientos, sin apuros".

La importancia de reconocer la languidez

Una parte del problema es que muchas veces, cuando esto nos afecta negativamente, no notamos inmediatamente el descenso del placer o nuestra disminución de motivación. Somos indiferentes a esta indiferencia. 

Un estudio del diario de Salud Pública de Estados Unidos sugiere que si esta sensación se mantiene de forma constante por mucho tiempo, las personas se vuelven más propensas a padecer depresión y trastornos de ansiedad.

Pero para quienes no hayan sido golpeados de una forma tan crítica por la pandemia, esta sensación también puede tener ciertos aspectos positivos.

"Afecta la salud mental tanto positiva como negativamente", dice Espeche. "Para aquellos que estaban sobregirados, sobreestimulados, de pronto ver que las variables no tienen que ser tan intensas y que pueden estar más sosegados y tener aún nivel de eficacia en la vida, esto les abrió todo una perspectiva de un horizonte de la autopercepción y la percepción del mundo muy interesante".

Cómo lidiar con la languidez

Entender que nos sentimos de esta manera es el primer paso para abordar la languidez y cuidar nuestra salud mental.

Algunos expertos señalan que concentrarnos en pequeñas cosas, como dedicarle un tiempo cada día a proyectos que nos interesan, cumplir pequeños objetivos o tener conversaciones que nos sean significativas, pueden ayudar a redescubrir parte de la energía y entusiasmo perdidas.

"No es combatir este estado anímico o físico. Conocerlo sin asustarse, sobre todo cuando uno está muy de interiores y no está saliendo y no está haciendo cosas que de por si le generan un estado de mayor vitalización", dice Espeche. "Ahora si las condiciones son de encierro no hay que asustarse, todo va a pasar. Entonces, mucha gente se está dando cuenta que había mucho movimiento excesivo en su vida gracias a este estado de cosas".

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Cómo se calcula la eficacia de las vacunas contra el COVID-19

Frecuentemente escuchamos hablar sobre las distintas eficacias que garantizan las dosis de Sputnik V, Covishield, Moderna, Pfizer o Johnson & Johnson. En este video te explicamos cómo se calculan esos números y por qué no deberíamos hacer una comparación tan simple.

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Una de las palabras claves cuando hablamos de vacunas es la eficacia. Estamos acostumbrados a escuchar que hay vacunas que son más eficaces que otras, pero ¿qué quiere decir esto? ¿Hay vacunas mejores y peores?

Las tres fases para medir la eficacia de las vacunas

La fase 1 clínica empieza en grupos reducidos, donde se busca saber si las vacunas tienen efectos adversos. En la fase 2, el grupo de personas es mayor y ya se puede empezar a medir de mejor manera la dosis y su seguridad. 

Pero la fase en la que se mide la eficacia de la que solemos hablar es la fase 3. 

En esta fase, para las vacunas para prevenir el COVID-19 se hace un estudio de doble ciego aleatorizado. Es decir, se toman dos grupos más grandes de personas, y a uno se le da la vacuna y al otro un placebo.

Ahí se mide después de cierto tiempo, cuántas personas se enfermaron. Por ejemplo, si 100 personas se enfermaron del grupo con placebo y ninguna en el grupo de vacunados, la efectividad es del 100%.

En el caso de la vacuna rusa Sputnik V, se hizo la prueba en un grupo de 19.866 personas. A las cuales a 4902 se les dio un placebo y al resto la vacuna. 21 días después de recibir la primera dosis, 62 personas del grupo que recibió el placebo se contagiaron del virus, mientras que solo 16 del grupo de vacunados. Esto dio como resultado una eficacia de casi el 92%.

La eficacia de la vacuna y su relación el país y el momento en el que se testeó

Sin embargo, un factor importante a la hora de medir la eficacia de la vacuna, es la situación epidemiológica en la que se encontraba el país en el momento en que se desarrolló la fase 3.

Por ejemplo, la fase de 3 la vacuna Covishield del Instituto Serum de India, fue realizada en dos países con situaciones diferentes: Reino Unido y Brasil, con resultados dispares en cada lugar.

"Un caso muy claro de esto es la vacuna de Oxford y AstraZeneca que se hizo en distintas poblaciones, incluso con algunos esquemas distintos y daba distintas eficacias", dice Florencia Bruggesser, médica epidemióloga de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE). "Iban desde el 70% hasta el 80 y pico por ciento. Incluso ese fue uno de los datos que hizo pensar en alargar el periodo entre la primera y la segunda dosis".

Otro ejemplo de esto es lo que pasó en Estados Unidos con las pruebas de las vacunas de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson.

Las pruebas se hicieron en momentos en los que la cantidad de casos era muy diferentes. Por lo que también fue un motivo para que la eficacia entre ellas sea tan variable.

Mientras que la de Moderna y Pfizer se hicieron en un momento en el que había menos de 40 casos cada 100 mil habitantes, la de Johnson & Johnson se hizo en un momento en el que empezaron a circular nuevas variantes del virus y con un contagio de casi 80 casos cada 100 mil habitantes.

Las respuestas a tus preguntas sobre las vacunas

La eficacia para evitar la enfermedad leve, moderada o grave

Es por eso que cuando hablamos de eficacia, hay que hacer una diferencia clave: la eficacia para evitar la enfermedad leve o moderada, y la eficacia para evitar los cuadros graves, hospitalizaciones y muertes.

"En el segundo tipo, todas las vacunas tienen una eficacia que llega al 100%. Ninguno de los vacunados por ninguna de estas vacunas ha fallecido o ha tenido cuadros graves", dice Bruggesser. "Y eso es algo muy importante, si bien podemos tener la enfermedad, no vamos a requerir una internación grave o no vamos a morirnos por la enfermedad".

Más allá de esto, mientras avanza el proceso de vacunación, las medidas de cuidado personal siguen siendo muy importantes.

"Hay que seguir usando las otras medidas de prevención, que tienen que ver con la utilización de barbijo, el distanciamiento, el lavado de manos, la ventilación de los ambientes", dice Bruggesser. "Creo que en este momento, cuando hay escasez de vacunas para pensar la inmunidad de rebaño o inmunidad de grupo creo que tenemos que, hasta que eso ocurra seguir utilizando el resto de las medidas de prevención, eso es fundamental. Las vacunas solas no pueden hacer el trabajo en estas circunstancias".

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